ENTREVISTA

Miguel Ángel Vázquez Vázquez: “El envejecimiento demuestra que Ourense ha sabido cuidar y cuidarse"

médico
photo_camera El médico geriatra y docente del Campus, Miguel Ángel Vázquez.

El Edificio Politécnico del Campus será el escenario del desarrollo de la edición número 27 del 'Congreso Internacional de Geriatría y Gerontología', que se celebrará los días 26 y 27 de junio.

El Edificio Politécnico del Campus será el escenario del desarrollo de la edición número 27 del 'Congreso Internacional de Geriatría y Gerontología', que se celebrará los días 26 y 27 de junio. Con la presencia asegurada de unos 250 expertos de todos los ámbitos relacionados con la vejez, este encuentro buscará el establecimiento de nexos entre lo social y lo sanitario.

¿Cómo se organiza esta cita?

Es el congreso anual que organiza la Sociedad Gallega de Gerontología y Geriatría, que es un organismo de carácter científico y profesional que aglutina no solo a los médicos que atienden a las personas mayores, sino también a enfermeros, trabajadores sociales, psicólogos, fisioterapeutas o empresarios de todos los sectores que tienen que ver con la atención a las personas mayores o el estudio del envejecimiento. Para esta ocasión, la Sociedad ha elegido Ourense porque es una de las tres provincias más envejecidas de Europa, donde prácticamente uno de cada tres habitantes tiene más de 65 años.

¿Es éste un dato negativo para la provincia?

Realmente es un logro. Demuestra que la ourensana es una sociedad que ha sabido cuidar y cuidarse. En ello solo influyen nuestros genes en un 25% y el resto depende de nuestra conducta, así que ésta no es mala.

¿Cuáles son los objetivos del congreso?

El lema de este año es "Atención sociosanitaria". En España está habiendo una corriente importante que interpreta que una buena coordinación de los servicios médicos y sociales no solo contribuiría a que las personas mayores tuvieran mejor cuidado, sino también abarataría los costes de la atención, fomentando la continuidad asistencial. De nada sirve que se le ponga una prótesis de cadera a una persona mayor si luego no tenemos quien la movilice o le dé de comer en condiciones. Uno de los ponentes destacados del congreso será el director del Hospital Geriátrico de Asunción (Paraguay), que es un referente magnífico. No deja de sorprender que un país tan joven como Paraguay, con un 8% de mayores, tenga un hospital geriátrico, y Ourense, con un 30%, no solo no tiene ninguno, sino que no tiene servicio de Geriatría en sus hospitales públicos ni ningún geriatra.

¿Hay alguna razón para esta paradójica situación?

Denota la preocupación que la sociedad tiene en torno a lo que le conviene o le deja de convenir a las personas mayores. Asumimos que tienen que enfermar y ya está. A ningún padre le gustaría que no tuviese ningún pediatra para atender a su hijo, y en cambio, ningún hijo se plantea que su padre debiese ser atendido por un geriatra.

¿Es ésta una de las reivindicaciones de la Sociedad?

Ahí hay que generar una reflexión y pensar que si Lugo o Vigo tienen un servicio de Geriatría, también Ourense debería contar con uno; pero pensar que todos los mayores necesitan atención médica también es limitar las cosas. Tendemos a asociar vejez y dependencia cuando cerca del 80% de los mayores están muy bien de salud y son capaces de disfrutar cada minuto de su vida. Los horizontes de la jubilación a los 65 superan los 20 años, son más de dos décadas de expectativa de vida. La sociedad tiene que articular sistemas para que estos mayores participen en ella, una sociedad como la ourensana no debe prescindir de un tercio de sus ciudadanos. A los mayores no se les permite prácticamente nada y se les critica con mucha facilidad.

¿Cómo podría ser esta participación de los mayores en la sociedad?

En 1994, la ONU promueve un nuevo paradigma sobre la vejez, el 'envejecimiento activo', que tiene que ver con una suma de salud más seguridad en su más amplio concepto y más compromiso con la vida. Los mayores tienen que formar parte activa de la sociedad en la que están, y ahora mismo están excluidos y se sienten como tal. Se les trata de un modo paternalista e infantilizador que en cierto modo es interesado, ya que así son más fáciles de manejar. Pero los mayores tienen mucho tiempo libre, y deberíamos articular cauces y sistemas que cambien y revolucionen la sociedad para que esto ocurra. Ningún joven de hoy en día quiere una vejez en la que lo sienten en un parque a dar de comer a las palomas, querrá seguir siendo activo, tomar sus propias decisiones, colaborar en acciones de voluntariado o ayudar a la gente que lo necesita, sin que esto signifique competitividad para temas de empleo. 'Jubilarse' es jubilarse del trabajo, y no de la sociedad: un mayor siempre se debe a su sociedad y tiene que contribuir a ella, y no basta con que lleve a sus nietos al colegio.

¿Se está logrando este cambio?

La sociedad es muy potente fijando conductas y no permite a los mayores determinados hábitos: el que quiere vivir, es un 'viejo verde', y no es así. Aunque la cosa está cambiando, ya aparecen imágenes de mayores en publicidad relacionadas con cosas positivas, porque también son un importante sector de consumo, pero no se les puede ver solo como consumidores o como abuelos, que es lo que aún cree nuestra sociedad.

Te puede interesar