Silvia Rábade, que forma junto a Carlos Tajes el grupo, explica lo sucedido el pasado sábado, cuando una queja vecinal terminó provocando la suspensión de su actuación en el Paseo
Pasaba el mediodía del pasado sábado cuando la actuación de Escuchando Elefantes en la calle Paseo se vio alterada por la intervención de una patrulla local, que se personó en el lugar tras recibir la queja de algún vecino. Los agentes le explicaron la situación al grupo y éste, tras tocar una última canción (ya en acústico), decidieron suspender el concierto, con el objetivo de "no molestar a nadie", según explica Silvia Rábade, integrante junto a Carlos Tajes del dúo y que, a pesar de ser la primera vez que les sucedía algo así tocando en Galicia, no duda en definir la situación como "muy natural".
"Puede que se viese como algo raro, pero a nosotros no nos sorprendió. Sabes que tocando en la calle te expones a que algún vecino o comerciante se pueda quejar, es algo normal y no hay que darle más vueltas", detalla Rábade, que se confesaba muy agradecida por las muestras de apoyo recibidas en los últimos días tras el incidente: "Nos sorprendió la reacción de la gente. Fue muy bonito, recibimos muchos mensajes en las redes sociales, incluso nos llegaron a pedir perdón en nombre de la ciudad de Ourense".
Una ciudad en la que el dúo coruñés, en activo desde 2006 e inmerso actualmente en la gira de presentación de su segundo disco, 'Happy lonely people', se siente cómodo. "Junto con Vigo, quizás es donde nos han tratado mejor. Ourense es un encanto. El público responde siempre muy bien, y cuando tocamos en la calle la policía es majísima. El sábado, por ejemplo, esperaron a que terminásemos una canción para avisarnos de la queja, y nos ofrecieron movernos unos metros para continuar la actuación. Pero no queríamos molestar, y decidimos irnos", relata la músico.
El equilibrio entre el músico callejero y ordenanzas/vecinos puede ser complicado, pero Escuchando Elefantes señala que en los más de siete años que llevan alternando tocar en la calle con la sala, la experiencia no puede ser más positiva, a pesar de estos pequeños incidentes. "Nosotros siempre intentamos ser muy flexibles, preguntamos siempre si molestamos, si bajamos el volumen. En esto, la clave creo que está en el diálogo y en el entendimiento. Puede que a veces en España no se entienda muy bien la figura del artista que decide tocar en la calle, pero poco a poco se va avanzando".
Ellos conocieron este mundillo en Irlanda, donde han llegado a fraternizar con Glen Hansard (protagonista de la estupenda película 'Once', basada precisamente en las desventuras de un músico callejero) y a donde desde hace dos años viajan cada Nochebuena invitados por el propio Hansard para participar en un concierto benéfico en las calles de Dublín en el que unen sus voces a Bono, Sinéad O'Connor o Lisa Hannigan (que estuvo en Ourense hace un par de años en el Voces Femeninas).
Pero antes de retornar a Irlanda en Navidades, Escuchando Elefantes pisará de nuevo Ourense. "Estamos buscando cerrar una fecha en sala, y a tocar en la calle cualquier día, eso es algo espontáneo que decidimos sobre la marcha. Pero volveremos pronto, seguro".
