Son la generación que se prepara para un futuro incierto, el que llega durante una crisis. Quieren ser médicos, abogados, artistas. Unos lo tienen seguro, otros van a probar. “En principio”. “Si sale bien, sino a otra cosa”. Se adaptan a los cambios, son flexibles. Juegan con esa ventaja los que afrontan el sprint final para acceder a una carrera universitaria en medio de una pandemia mundial. Los ourensanos que se enfrentan a la Selectividad más rara de los últimos tiempos se esfuerzan a contrarreloj. Alrededor de 1.000 alumnos de la provincia se matricularán en las pruebas, que se desarrollan entre el 7 y el 9 de julio, fechas antes destinadas a los exámenes extraordinarios (el antiguo septiembre).
Primero se adaptaron a la educación online, con sus dificultades. Brecha digital, profesores que tardan en responder a correos, dudas sin resolver… Luego a la incertidumbre: ¿cuándo y dónde nos van a examinar? ¿Habrá tercera evaluación? Ahora, celebran la noticia de los nuevos modelos de examen: no son más fáciles, pero sí con mayor optatividad en las preguntas.
El mejor año, el último
“Al final el contenido es el mismo, pero es más asequible porque puedes dejarte algo sin estudiar y aún así llegar al 10”, dice Fernando González. “Estoy en un momento súper raro ahora que puedo salir porque de repente veo a un amigo que llevo hablando con él todo este tiempo por Whatsapp y de repente no puedes abrazarlo. Es raro. Mucho tiempo en casa, se me hace raro estar por la calle. Y la biblioteca la echo de menos. La casa la tengo asociada a dormir. Y a mis amigos, necesitas también afecto por gente que no sea tu familia. Confidentes”, explica este ourensano de segundo de Bachillerato. “Ahora mismo estaría haciendo exámenes y mirando la ropa para la graduación, pero no pasa nada. Eso ahora ya da igual. Ojalá nunca se acabara este curso, 2º de Bachillerato es cuando mejor estás con tus amigos. Aunque estés agobiado con el curso. La pandemia nos ha robado 50 días de este año. Menuda broma”.
Leyre García respira un poco más tranquila con los nuevos modelos de examen: “Estoy muy contenta. Me preocupaba si al no dar bien la materia, me iba a repercutir. Pero con la primera y segunda evaluación, sí puedes optar a nota”. Le impacta preguntarse qué estaría haciendo si la COVID no hubiese existido. “En una semana sería muy graduación. Es demasiado raro. Me da pena este cierre de ciclo porque siempre dices que 2º de Bachillerato es el curso para irte de viaje con los amigos, te vas a la uni… Da pena, pero qué se le va a hacer. Echo de menos hasta estar en clase con mis amigos, porque estábamos todos juntos y nos apoyábamos”.
Sara Alfonso estudiará “filología inglesa, en principio”. Ve los nuevos modelos de Selectividad “bastante asequibles para todos, hay bastante rango de preguntas y variedad, que es lo que necesitábamos al quedarnos sin tercera evaluación”. Lo más raro, aparte de las 24 horas en casa, “y tener que estudiar y hacer deberes, que se me hace un mundo… Necesito ver a mis amigos, despejarme un poco, que me oxigene el cerebro y ponerme en serio”.
Nair Robleda hace sus cábalas de la mayor optatividad en el nuevo modelo de selectividad. "En gallego puedes descartar la teoría, por ejemplo. En Historia sigue prácticamente igual y no puedes descartar nada, pero hay más opciones de comentario. En general, bastante bien. Tenía menos expectativas". La joven dice que, en esta recta final, "el saber que el 11 de mayo ni siquiera voy a poder tocar y abrazar a mis amigos y hablarles con mascarilla, es extraño. Y no volver a clase, tener ese apoyo antes de Selectividad. Supongo que es lo que nos toca".
