Josefa Pérez González (66 años), más conocida como Pucha, la Rubia o Pequeña, murió de forma sorpresiva este miércoles, según confirmaron a este diario desde su círculo más íntimo de amistades. Vieja conocida de la Policía Nacional, tras ser detenida y juzgada por tráfico de drogas en el pasado, fue una mujer carismática que incluso trabajó como confidente policial en numerosas ocasiones. Pasó por prisión pero salió absuelta e indemne en numerosas ocasiones. La última, en la llamada operación Zamburiña, tras el alijo de siete kilos de heroína y cocaína incautados en tres viviendas. La Audiencia anuló la escuchas y, por tanto, los registros practicados en una operación de 2015 en la que figuraban cuatro policías acusados por colaborar con los supuestos narcos (la absolución está pendiente de un recurso de la Fiscalía en el Supremo).
Trabajó en la hostelería (bares, pubs y discotecas de la zona de vinos y las afueras de la ciudad) y hasta regentó un club de alterne. En los últimos 20 años, solo le constan dos condenas por drogas. La última, seis años en relación a la operación Galo II del año 2001.
En noviembre de 2002, fue la protagonista de un turbio asunto: fue atacada por José Manuel Carnero con una katana cuando caminaba con una expareja por la avenida de Buenos Aires. Basilio Janeiro intentó defenderla y con una navaja mató al adversario.
Tenía fama de mujer discreta, pero también de astuta y peligrosa, a la que era difícil quebrar. La autopsia dirá qué mató a una mujer de 1,50 metros que caminaba al filo del precipicio.
