Alfonso P.G. reconoció que había invitado a otra huésped alojada en su mismo hostal a un trozo de tarta que le llevó a la habitación. Pero no más.
La chica, con la que mantenía una relación cordial ya que ambos estaban alojados en el hostal San Roque desde hacía tiempo, contó que el acusado, mucho mayor que ella, se le echó encima, lamiéndole la cara, el cuello, las piernas y todo el cuerpo, intentado meterle la lengua en la boca.
La joven relató a la jueza del Penal 1 que le abrió la puerta porque le ofreció compartir un trozo de tarta, de ahí que lo invitara a pasar y sentarse encima de la cama. La víctima estaba cubierta con la colcha de la cama, ya que en el momento en el que llamó estaba desnuda en la habitación.
Los hechos sucedieron el 11 de agosto de 2011 sobre las dos y media de la tarde. Según la denuncia presentada por la perjudicada, el inculpado, tras abalanzarse encima de ella, le confesó que estaba enamorado. La joven, que empezó a llorar y a pedir auxilio, consiguió finalmente escapar, refugiándose en el baño de la habitación.
El fiscal reclamó en el juicio dos años de prisión para Alfonso P.G. por un delito de abusos sexuales. En su petición de penas incorporó una indemnización de 500 euros para la denunciante por los daños ocasionados.
Dos peritos que intervinieron en el juicio consideraron el testimonio de la chica creíble.
Por su parte, la defensa reclamó la libre absolución al negar la autoría de los abusos.
La joven relató a la jueza del Penal 1 que le abrió la puerta porque le ofreció compartir un trozo de tarta, de ahí que lo invitara a pasar y sentarse encima de la cama. La víctima estaba cubierta con la colcha de la cama, ya que en el momento en el que llamó estaba desnuda en la habitación.
Los hechos sucedieron el 11 de agosto de 2011 sobre las dos y media de la tarde. Según la denuncia presentada por la perjudicada, el inculpado, tras abalanzarse encima de ella, le confesó que estaba enamorado. La joven, que empezó a llorar y a pedir auxilio, consiguió finalmente escapar, refugiándose en el baño de la habitación.
El fiscal reclamó en el juicio dos años de prisión para Alfonso P.G. por un delito de abusos sexuales. En su petición de penas incorporó una indemnización de 500 euros para la denunciante por los daños ocasionados.
Dos peritos que intervinieron en el juicio consideraron el testimonio de la chica creíble.
Por su parte, la defensa reclamó la libre absolución al negar la autoría de los abusos.
