José G.G. fue condenado a seis meses de prisión por atentar contra un funcionario sanitario (un enfermero), además de un mes multa a tres euros diarios por un delito leve de malos tratos. El inculpado golpeó en el pecho a un enfermero el 23 de enero de 2020 sobre las once y media de la mañana en el centro de salud de Maceda, a donde había acudido con su mujer. Al acabar la consulta, el denunciante se dirigió a otra sala para hacer un electrocardiograma a la esposa del acusado y le dijo a este último que tenía que esperar fuera. En ese momento, comenzaron los problemas. José entró en la sala y le dijo al enfermero: “Ti no eres quen de botarme de aquí, e vou a estar hasta que de a gana”. A continuación, le dio dos puñetazos en el pecho, pero sin causarle lesiones.
La administrativa del ambulatorio acudió a la sala alertada por los gritos del inculpado. Vio al condenado alterado y que el enfermero intentaba hablar con él.
La jueza tiene en cuenta que “las declaraciones de enfermero ante los agentes, en el juzgado de instrucción y en el juzgado penal han sido persistentes, sin contradicciones esenciales en el relato de la forma en que se desarrollan los hechos objeto de enjuiciamiento”.
La sentencia no tiene en consideración la versión del inculpado conforme había una mala relación entre ellos y se hubiera cambiado de cupo a consecuencia de las quejas contra el enfermero.
Además, argumenta la magistrada, existen corroboraciones periféricas que avalan la versión del perjudicado. La administrativa declaró que escuchó voces subidas de tono desde la habitación del al lado y que el entrar vio a un paciente alterado.
