Agentes del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Ourense, especialistas en la inspección del transporte, cuando se encontraban realizando labores propias de su especialidad, procedieron a controlar a un camión en la autovía A-52, a su paso por Ourense. Una vez efectuadas las primeras comprobaciones, descubrieron que la tarjeta que el conductor utilizaba dentro del tacógrafo digital no se correspondía con la identidad de este, sino que era la de otro compañero de la misma empresa.
El conductor investigado, conseguía con ello que los tiempos de conducción y descanso no se registrasen en su tarjeta personal, pudiendo aumentar de esta forma sus horas de trabajo o la reducción de su tiempo de descanso. Asimismo, se procedió a investigar al titular de la tarjeta por su cooperación necesaria en la consumación del delito.
"Este fraude, que afecta directamente a la seguridad vial, provoca un notable agotamiento en los conductores, los cuales alargan sus jornadas de trabajo, y atenta igual y gravemente contra la propia ordenación del sector del transporte", especifican desde el Instituto Armado.
Este tipo de hechos se someten al procedimiento penal desde el año 2020, en el que el Tribunal Supremo, a través de su Sala de lo Penal, estableció que una de las modalidades de falsificación corresponde a los supuestos en los que “la formación de un documento parezca provenir de un autor diferente del efectivo (falta de autenticidad subjetiva o genuinidad)”, que es lo que ocurre cuando se conduce utilizando la tarjeta del tacógrafo de otro conductor.
En la investigación se les atribuye un supuesto delito de falsedad documental, que puede conllevar unas penas de prisión de hasta tres años y multas de hasta doce meses.
