Pasó lo que pasó

Hablan las cifras, todos a callar

Operación retorno para los Reyes

Se fueron los Reyes Magos se supone que con la satisfacción del deber cumplido. A esta monarquía solo se la escruta una vez al año y siempre se le perdona. Deberían traer sus maletones atiborrados de salud frente al covid, pero no la reparten por igual y en alguna casa ni entran. Se les pide bienes materiales pero se hacen los distraídos en la mayoría de las ocasiones. Pero, con eso de que son depositarios de la ilusión viven de los ilusos que les pedimos cada 5 de enero lo nuestro. Por el periódico del jueves desfilaron una veintena de personas representantes de varios colectivos para pedir lo suyo y lo de los demás. Salud, trabajo y los lugares comunes que era de esperar en la genérica misiva a los de Oriente. Podríamos guardar esos deseos para el año que viene y seguro que nos valdrían también. Es lógico. Ninguno de los encuestados ha centrado ni personalizado responsabilidad alguna en tal o cual dirigente público o tal administración. Nadie ha pedido inteligencia, mesura, compromiso, cooperación, concordia o capacidad de entenderse entre los votados, quizá porque saben que si los ciudadanos no lo pedimos con el sufragio no lo van a traer Melchor, Gaspar y Baltasar. La veintena de encuestados han evitado señalar, porque es de mala educación. Obvian apuntar con el índice porque quizá estén hartos de destapar el resto del año quién es quién aquí. Se supone que será por eso, por salud mental. Es de suponer.

Hubiese cabido lo suyo en un breve

El alcalde al que el PP entregó las llaves de la ciudad también se reivindicó esta semana, como esos malos actores que se creen el papel que representan. El periódico eligió 50 incumplimientos, delirios y promesas vagas de Jácome en el pretérito año. Fue, reconozcámoslo, un desperdicio de papel porque se gastó mucho en enumerar las patochadas dichas por el regidor cuando hubiese sido mucho mejor enumerar sus logros, aciertos, incluso los minutos que ha trabajado. Hubiese cabido todo en un breve. Tendrían así más espacio personas y hechos que merecen la pena. Han sido 50 aunque posiblemente si entramos al detalle las astracanadas del personaje hubiesen superado ya el millar desde que abre todos los días la puerta del Concello con un llavero de propaganda del PP. En la nómina de la veintena de peticionarios a los Reyes Magos nadie rogó que la cordura vuelva a esta ciudad. A ver si el año que viene. De momento, salud. 

Las cifras son el nuevo dogma

Los últimos días estas páginas han quedado perdidas de cifras y estadísticas, típicas de principios de año, como las sopas de ajo, el chocolate con churros y la rosca de Reyes. No se sabe cómo ha salido el examen hasta que ponen las notas. La salud es una sensación subjetiva hasta que el termómetro marca la fiebre o la analítica da si hay valores anormales. Pasa lo mismo con la economía. No se sabe lo que cuesta todo hasta que el IPC mide la luz y la gasolina. No se sabe lo bien que va el empleo hasta que el ministerio canta que es el mejor dato en 20 años en Ourense. Desconocemos si en la provincia hay pasta mientras el Banco de España no desvela que los bancos guardan 9.400 millones de los ahorradores ourensanos. Vivimos en las tinieblas de la opinión hasta que la Enquisa Estrutural a Fogares que publica todos los años el Instituto Galego de Estatística no demuestra que en Ourense hay, efectivamente, ese “plus de resistencia” que hace infraqueable la economía provincial, aunque crezca un año más la dependencia de las prestaciones en detrimento del trabajo. El 70% de los encuestados dice que en los hogares ourensanos se llega con facilidad a final de mes. Eso se llama insuflar optimismo para empezar bien este 2022, convulso como pocos por culpa de los estertores del bicho. Uno de cada cuatro contratos vence en una semana, la temporalidad asusta y los salarios dan para lo que dan. Pero la verdad es la que está sustentada en cifras, no en estimaciones. Cuentan que un enterrador  hizo valer un certificado de defunción ante una persona que la daban por muerta aunque estuviese muy viva y se empeñaba en echarle tierra encima. Si las cifras dicen lo que dicen quiénes somos nosotros para enmendarlas. No son la carta a los Reyes Magos, la misiva de los ilusos y los crédulos.

Al poner la lupa | Diversas formas de entender la ilusión

 

Mucho antes de que los convencionalismos sociales lo condicionen todo, incluso la sinceridad, intercambiable casi siempre por el cinismo o la hipocresía existe una etapa en la vida en la que todo es ilusión. Una de las entradas del diccionario dice que es la “esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo”. Una niña estira la mano con la esperanza de que los Reyes Magos recojan su carta, redactada quizá a última hora pero con la caligrafía cuidada para que Sus Majestades tengan clarito sus peticiones y las de su hermano.  Ella, como miles de niños en Ourense, viven ajenos a las ansias de fatuo protagonismo que los organizadores municipales anhelan tener.  Solo quieren el protagonismo efímero de una noche de ilusión. Les quedan otras 364 para  conocer otro significado del diccionario: “Concepto, imagen o representación sin verdadera realidad,sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos”.

El portafotos

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Jorge Pumar Tesouro es concejal de Medio Ambiente del Concello de Ourense, por lo tanto en el camarote de los Hermanos Jácome. Militante convicto y confeso del Partido Popular, ha sabido labrarse una carrera en diferentes cargos públicos, sobre todo en la institución local capitalina y en la Diputación de Manuel Baltar. Hay que reconocerle que lucha a brazo partido por hacer un papel digno en un gobierno ya no solo desnortado, sino desbocado. En las últimas jornadas fueron pródigas sus apariciones en los medios fotografiado en versátiles instalaciones deportivas que se han ido colocando en los barrios. O al lado de la fuente de Mariñamansa, iluminada con ocasión de un homenaje a los sanitarios. Pumar sufre con Jácome como solo dicen hacerlo los actores de los spots de las pomadas para las hemorroides. Él lo sufre en silencio como decía el anuncio. Sufre a Jácome, me refiero. Con Jorge Pumar siempre da la sensación de que podría ser algo más que lo que está siendo, representando un papel de Gaby entre Fofó y Miliki. Un rol elegante, institucional, con ganas de hacer cosas, que su gestión se eleve por encima de la mediocridad que representa su jefe. Al que sospechamos sigue sufriendo, como esas protuberancias del final del intestino grueso. 

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