La Iglesia de Santa Eufemia acoge hoy una misa en su honor, mientras que el funeral será el lunes

La historiadora Olga Gallego muere a los 87 años en Ourense

Olga Gallego, en una instantánea tomada en el despacho de su casa.
La cultura ourensana volvió a sufrir ayer un nuevo varapalo con el fallecimiento de la académica y archivera Olga Gallego Domínguez (Ourense, 1923-2010), quien se convirtió en un referente para el estudio de la historia social de la provincia entre los siglos XIV y XIX.
Gallego, que en 1986 ingresó en la Real Academia Galega da Lingua, con un discurso sobre 'As barcas e as barcaxes da provincia de Ourense no Antigo Réximen', falleció durante la madrugada de ayer y sus restos fueron velados en el tanatorio de As Burgas, donde numerosos amigos y familiares se dieron cita para dar el pésame a la familia.

Olga Gallego, hermana del doctor Luis Gallego, fallecido en 2007 a los 84 años de edad, fue desde 1968 directora del Arquivo Histórico Provincial, sustituyendo en el cargo a Xesús Ferro Couselo. Además, desde 1972 fue directora de la sección del grupo de colaboradores Marcelo Macías del Museo Arqueolóxico y miembro del patronato de la Fundación Penzol y Ramón Otero Pedrayo. En el 2008, recibió el premio Trasalba, dedicándoselo a la ''labor silenciosa'' de los bibliotecarios.

En palabras del presidente de la Diputación, José Luis Baltar, su fallecimiento representa 'unha gran consternación para a cultura ourensá que estará de loito pola súa morte'. Además, la relación especial que mantuvo con Ramón Otero Pedrayo y los años de estudio que le dedicó para exaltar su figura.

Por su parte, la concejala de Cultura, Isabel Pérez, aseguró que 'desparece unha gran experta no estudo da cultura galega e ourensá, posto que foi unha gran arquiveira, cunha gran personalidade que sempre defendeu o ourensanismo'. Asimismo, Pérez aseguró que en los próximos meses se le iba a proponer ser parte del Consello Municipal de Cultura, mientras que el alcalde, Francisco Rodríguez, calificó su muerte como 'unha grande perdida', pues 'era unha persoa iluestre cun alto nivel intelectual, ademais de ser entrañable e querida e sempre preocupada por rescatar a memoria da nosa cidade'.

En la misma linea se manifestó el canónigo archivero de la Catedral, Miguel Ángel González, quien destacó la colaboración de Gallego con el Museo Diocesano, puesto que fue la encargada de ordenar y clasificar sus fondos entre los años 1951 y 1954.

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