En los pasillos del IES Otero Pedrayo, los alumnos se pueden encontrar con una cabeza de porcelana del siglo XIX–con la que se estudiaba la personalidad según la forma del cráneo– o una colección de aves de Costa Rica capturadas en 1890. Estos objetos y dos centenares más son la huella del tiempo en un instituto histórico que, una década después de integrarse en la Red de Museos Pedagógicos de Galicia (Mupega) saca a la luz el instrumental educativo que permanecía en varias salas en los sótanos. Fue posible gracias a la conservación del patrimonio que hicieron docentes como Conchita López, María Xosé Camba, Maita Borrajo, Ramón Romero, Antonio Villar, Arturo Fernández o Luis Fernández. Ahora sí, el instituto está totalmente musealizado y busca abrirse a la sociedad.
En 2009, el IES Otero Pedrayo fue uno de los seis institutos gallegos en estrenarse como Museo Pedagógico en Galicia, por albergar en su interior joyas patrimoniales que hablan de la docencia de antaño, con instrumental con fines docentes empleado entre el siglo XIX y principios del XX. Las piezas fueron recuperadas por los profesores de Biología y Física en los ochenta, que facilitaron su conservación. Sin embargo, hasta ahora estaban en diferentes salas en los sótanos del instituto. La tarea de musealización al completo inicia ahora otra etapa en el centro, en la que durante este curso alumnado y profesorado realizarán una audioguía en cuatro idiomas para que, cuando la pandemia lo permita, el museo sea de toda la ciudadanía.
De la entrada al Paraninfo
Pilar Rodríguez Vázquez es la conservadora del Museo Pedagógico y docente de Biología en el IES Otero Pedrayo. A ella le corresponde la visita guiada, desde la entrada del instituto hasta el fabuloso Paraninfo. Un recorrido que hace con entusiasmo y conocimiento por cada pieza. "Estes animais de Costa Rica teñen máis de 100 anos. Esta é unha aguia imperial. Hoxe en perigo de extinción, sería impensable cazala, disecala e metela aquí!", dice la conservadora. En otra vitrina, un muñeco anatómico con el que se estudiaba el cuerpo humano. "Costou 5.000 pesetas no 1.800 e pico, daquelas serían dous anos enteiros de salario dun obreiro. Está feito de papel e é totalmente desmontable. Ten marcadas 2.000 partes do corpo". También un sextante: "O GPS da antigüidade para os navegantes".
Llega al murciélago y al pangolín en otra vitrina. "Antes non estaban xuntos. Xuntámolos pola gracia de que sexan os sospeitosos do que nos tocou este ano", bromea.
Casi llegando al Paraninfo, hay baterías de wolframio–"as primeiras pilas"–o una grabadora antiquísima. Ya en el Paraninfo, máquinas para producir electricidad. Una máquina de Ramsden de 1860, entre el instrumental. "Producían electricidade nun momento no que a electricidade aínda non estaba xeralizada", apunta la conservadora del museo. Pilar Rodríguez Vázquez está ahí para los alumnos, guardiana y guía de las joyas en las que, con el trasiego diario, quizás alguno no repara.
Aunque el deseo de la conservadora y el resto del equipo educativo es que el IES Otero Pedrayo sea un museo para los ourensanos. A Pilar Rodríguez Vázquez le es inevitable mirar a una de las puertas del centro, cerrada, desde la que podrían acceder al Museo Pedagógico los ourensanos y los turistas. De hecho, ha pasado. "Quizais aparece nalgunha guía, porque moita xente vén preguntando polo Paraninfo", cuenta. A favor del museo reman todos los departamentos y el alumnado. "Agora mesmo temos o mellor museo de Ourense, mentres non se abra o Arqueolóxico", presume el director del IES Otero Pedrayo, Daniel Lorenzo.
"Pero queremos abrilo a sociedade. Isto non é só noso. É un patrimonio que temos que non é do instituto, é de Galicia. E hai que poñelo en valor", añade el director. La audioguía que preparan estará en gallego, castellano, francés e ingles. La meta, el curso que viene.
