El conselleiro Guerra apoyó el proyecto empresarial alegando que era viable, pero hoy está muerto

La implantación de Xero: el gran fracaso del plan Impulsa

Javier Guerra en una visita realizada a Expourense en mayo de este mismo año. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
El que fue anunciado hace año y medio como el proyecto 'estrella' de creación de empleo en Ourense, la fábrica de coches eléctricos de Xero, es a día de hoy el mayor exponente del fracaso del plan Impulsa auspiciado por la Xunta, que ofreció apoyo a esta iniciativa para generar 1.000 empleos en Ourense.
El único avance del proyecto fue la constitución de una sociedad, Xev-Manufacturing, con sede en el Parque Tecnológico, pero inoperativa en la práctica. Ni la Xunta ni el Inorde tienen constancia de que esté 'definitivamente' abandonado el proyecto, pero el socio español, Julio Mayorga, se desvinculó de la compañía. Este periódico intentó contacta con él, pero no fue posible, si bien desde su despacho confirmaban que ha decidido dedicarse a sus otros proyectos empresariales, pero 'eso no quiere decir que se haya desvinculado totalmente' y que podría volver si se retoma la iniciativa. De momento, según precisan, los socios ingleses no han descartado la iniciativa ni la van a implantar en otro lugar (a pesar de que, inicialmente, se había comentado que tenían ofertas de otros países).


PRECAMPAÑA

El proyecto de Xero fue presentado en Ourense el 23 de marzo de 2011 (dos meses antes de las últimas elecciones municipales), en un acto en el que participaron los dos socios ingleses (Ian y Oliver Mitchell) y el español Mayorga, respaldados por el conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra; el entonces director del Igape, Joaquín Varela; y el anterior presidente de la Diputación de Ourense, José Luis Baltar.

El conselleiro Guerra definió el proyecto como 'ilusionante' y explicó que la Xunta le daba su apoyo por considerar que era viable y que supondría una importante creación de empleo, además de situar a Galicia en la vanguardia de la fabricación de coches eléctricos, una apuesta de futuro del sector. Por ello, en aquel acto, la Xunta y la empresa firmaban una 'carta de intenciones', en la que el departamento autonómico se comprometía a aportar a la empresa líneas de ayuda por 11 millones de euros (el 40% de la inversión total, que ascendía a 26 millones), acogiéndose a diversos programas del plan Impulsa.

Sin embargo, los socios de Xero no lograron la inversión restante. Si bien los socios nunca precisaron cuánto invertía cada uno de ellos, sí sostenían que necesitaban seis millones de euros para poder poner en marcha el proyecto. Para ello, aseguraron realizar diversas reuniones con posibles inversores de los que no trascendieron los nombres, aunque sí de otros, como un colectivo de empresarios de Vilamarín y una compañía china, Yingyou Lianyungang. Sin embargo, las negociaciones no fructificaron. De hecho, miembros del grupo de empresarios de Vilamarín que participaron en las citadas reuniones aseguraron que el proyecto no era 'lo suficientemente sólido', especialmente teniendo en cuenta que las grandes compañías automovilísticas ya estaban tomando posiciones en el mercado.

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