La provincia arrastra el sambenito de que es un páramo industrial. Funcionarios y construcción, se decía en tiempos, eran los soportes laborales. Los primeros siguen teniendo su peso (18.000 trabajadores) pero la industria se ha hecho fuerte, desde luego ha pasado mejor la crisis que la construcción. El mes de febrero la actividad industrial salvó los muebles del empleo en la provincia, con un millar de nuevas contrataciones. Hay algunos parámetros que hacen justicia al gremio que más riqueza genera, paga mejores sueldos y permite mejores pensiones.
CONTRATOS
El ritmo de contratación de la industria es muy alto, aunque también es alta la rotación. Los datos de la Consellería de Industria así lo demuestran al certificar la rúbrica de 12.668 contratos el año pasado, que mejora ligeramente los 12.797 del año 2018. El crecimiento es sostenido desde el final de la crisis ya que en el 2014 —último del ciclo de recesión— se hicieron 8.651, pero duplican los que se hacían en plena crisis, con 6.151 en el 2011. Sin embargo, las empresas del sector rastrean las posibilidades que les da la Administración antes de ofrecer un contrato indefinido. Esta modalidad solo se ofreció a 423 personas el año pasado —570 el año anterior—, una cifra que no acaba de despuntar. Se mantienen cerca de los 4.000 accesos a través de un contrato de obra y servicio y sigue creciendo la variante de eventual por circunstancias de la producción, que sigue creciendo y se situó en 6.860 trabajadores el pasado año. También crecen las interinidades, a las que se acogieron las empresas para incorporar el pasado año a 681 trabajadores, frente a los 624 del ejercicio precedente o los 615 del 2017.
OCUPACIÓN
De acuerdo con los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA), de los 111.900 ocupados, 15.800 lo están en la industria manufacturera, a los que habría que sumar 2.200 más en las industrias extractivas. Es decir, 18.000 efectivos, por lo tanto el 16% de toda la población ocupada de la provincia. Sumados los dos grupos industriales supera al comercio (15.900) y a las actividades sanitarias y de servicios sociales (13.200). Pero, además, la industria ha mejorado su nivel de ocupación en el último año. Del 2018 al 2019 ha ganado 900 ocupados la industria manufacturera (de 14.900 a 15.800) y 400 las industrias extractivas (de 1.800 a 2.200)
PESO EN EL PIB
Pero, además de la potencia laboral, la realidad de la industria ourensana se mide también en la capacidad de determinar el Producto Interior Bruto (PIB) y Valor Añadido Bruto (VAB). De acuerdo con los datos recogidos por el Observatorio Económico Ourensán de la Diputación, la industria manufacturera "ten unha aportación ao Valor Engadido Provincial de 665,8 millóns de euros, crecendo un 8,4%", aunque contrasta con el descenso "do 1 % das industrias extractivas e subministración de enerxía e auga, as actividades de saneamento e máis a xestión de residuos e descontaminación". Los últimos datos del PIB, referidos al ejercicio del 2017 hablan de una producción total en la provincia de 6.441 millones de euros, "a máis alta do século", como detalla el Observatorio. Por lo tanto, la industria manufacturera supone algo más del 10% del PIB provincial.
LOS SECTORES
Por lo que respecta a las actividades industriales, en Ourense adquieren especial relevancia dos sectores. Por una parte, la industria agroalimentaria reclama su importancia gracias a firmas como Coren, pero también la industria textil mantiene una alta cifra de empleo, con más de 3.000 personas. También es relevante la capacidad laboral de las industrias que hacen piezas para la automoción, con más de 2.000 puestos de trabajo. Por ubicación, el Polígono de San Cibrao emplea a más de 8.000 personas.
