Año para olvidar, el 2020, en lo referente al turismo, mientras 2021 empieza a perfilarse también como otro periodo negro para un sector que en los últimos tiempos estaba tomando impulso en la provincia. El pasado año, marcado por las restricciones de movilidad presentes tanto antes como después del verano, se cerró en la provincia con 154.446 viajeros llegados a la provincia, un 57% menos que en 2019. Es la cifra más baja de la historia, al menos desde que se realiza la Encuesta de Coyuntura Hotelera por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La caída, esperada por un sector condenado a las mayores restricciones de todas las que se han sucedido estos meses, es rotunda, sin paliativos. "Hemos sido el sector más castigado por la crisis", señala el presidente del Clúster de Turismo, Cesáreo Pardal. La suya es una opinión generalizada.
Pese a que la caída del volumen de turistas en 2020 es notorio, hay un pequeño halo de luz en los datos ourensanos. Y es que dentro del desplome generalizado a nivel español, la provincia sufrió una caída menos brusca. Por provincias, solo Huesca, Cantabria, Asturias y Lleida tuvieron descensos menos pronunciados en el número de viajeros.
Los turistas gallegos fueron principalmente los que han conseguido aminorar el impacto. El 52% de los viajeros alojados en hoteles ourensanos eran procedentes de Galicia, seguidos de los turistas de la Comunidad de Madrid, de donde venía el 12,3% de los turistas. Castilla y León (5,8%), Andalucía (4,2%), Cataluña (3%) y Asturias (2,9%) fueron las siguientes comunidades que más turistas aportaron en 2020. En cuanto a los extranjeros, apenas representaron un 7,8% del total.
La huella más dura de la caída del turismo se reflejan en los establecimientos perdidos. 2020 empezó con 146 establecimientos hoteleros en la provincia y acabó con solo 123, lo que supone 386 plazas y 37 empleados menos.
