La intermodal apunta ya a 2029: las obras se alargarán cerca de seis años

Vista de la playa de vías desde la avenida de Santiago, con la estación al fondo.
photo_camera Vista de la playa de vías desde la avenida de Santiago, con la estación al fondo.
Adif insiste en que activará en 2023 la reforma de la estación, que provocará importantes afecciones al tráfico ferroviario

El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ha plasmado por escrito en su planificación bianual, aprobada en su Consejo de Administración, el compromiso de licitar a principios del próximo año la reforma de la estación ferroviaria de Ourense para estar así en disposición de activar las obras a finales de 2023.

Queda por ver, no obstante, si a diferencia de lo sucedido con el flagrante incumplimiento de la promesa de la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, de que el proyecto saldría a concurso en el primer semestre, ese trámite administrativo se convierte en realidad y desbloquea una inversión superior a los 120 millones de euros que, con todo, requerirá a los ourensanos y usuarios del tren una gran dosis de paciencia.

Los plazos con los que trabaja el ente ferroviario apuntan ya a 2029 como año para poder tener lista la transformación de la estación y su entorno, ya que la necesidad de compaginar los trabajos con el funcionamiento habitual de la terminal obligará a dividir la actuación en varias fases, lo que alargará el plazo de la ejecución de las obras a 68 meses, o lo que es lo mismo, prácticamente seis años.

Complejidad

El apartado dedicado a la estación ourensana por Adif en su Declaración de la Red -nombre del documento que sienta las bases de su planificación- deja clara la complejidad que supondrán los trabajos previstos para que Ourense, primera ciudad gallega y única por el momento con trenes AVE, tenga su intermodal completada.

En el plan de obra del proyecto que servirá para acometer la actuación, se plantean dos fases que requerirán “cortes extraordinarios totales” del tráfico en la terminal. El primero de ellos está previsto durante la fase siete, en el año 2027, suspendiéndose las circulaciones en los trayectos Ourense-Santiago y Ourense-Vigo durante un tiempo estimado de 15 días. Se habilitarán vías en fondo de saco para los convoyes procedentes de Madrid y Monforte.

Aproximadamente dos semanas se prolongará también el segundo corte total (previsto en la fase 9A), que a diferencia del anterior, provocará la suspensión total de las circulaciones, por lo que no habrá ninguna vía en servicio en la estación.

El resto del tiempo que el complejo pontino esté en obras no habrá la normalidad actual, pero sí los adjudicatarios del contrato deberán garantizar al menos tres vías en ancho convencional y dos en estándar con acceso a andenes, “garantizándose la explotación de todas las líneas de Media y Larga Distancia”.

Dos piezas del puzle, aún sin encaje en el proyecto

El puzle en el que se ha convertido el proyecto de la estación intermodal, una vez desterrado el proyecto integral aprobado en 2011 por el Gobierno central del PSOE, tiene pendiente de encajar dos de sus piezas, ya que en la licitación que prepara Adif no se incluirá toda la cubierta sobre la playa de vías, ya que solo está prevista por el momento la zona más próxima a la avenida de Santiago, ni la nueva calle para el tráfico rodado entre la avenida de Marín y la rúa Río Arnoia. El argumento para excluir estas dos actuaciones es que no serían puramente ferroviarias.

El contrato que saldrá a concurso sí contemplará la rehabilitación del edificio de viajeros y de los andenes, la pasarela elevada para peatones entre A Ponte y O Vinteún y el cubrimiento parcial de las vías, así como su urbanización para crear un nuevo espacio público.

Los plazos de los trabajos hacen imposible recurrir a los fondos Next Generation para financiar la obra al no poder justificar las obras antes de 2026, lo que obliga a Adif a asumir la intervención con sus propios recursos.

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