Javier Cámara Rodríguez (La Rioja, 1967), actor protagonista de Los girasoles ciegos explica su papel en la cinta y analiza la experiencia de rodar con José Luis Cuerda.
¿Cómo asumió su papel, después de interpretar cientos de personajes distintos?
Me gustan las situaciones y los personajes que me lleven de un lugar a otro, es como si a alguien lo encasillan en hacer música clásica cuando en realidad quiere hacer rock. No es que yo me considere camaleónico como David Bowie, pero la renovación y el cambio es algo que nos ayuda en la interpretación a todos los actores, pues tienen que vivir de la incomodidad. Es por eso que yo prefiero que me juzguen, como el otro día, que una señora me dijo: Nunca cambies, y yo me quedé pensando, y decidí que voy a cambiar todo lo que pueda para poder conocer la diversidad de facetas humanas.
¿Qué opina sobre el guión de Los girasoles ciegos?
Desde que leí el libro de Alberto Méndez en el que está inspirada la cinta, hace tres o cuatro años, me di cuenta que era un caldo de cultivo para el cine, sólo faltaba que alguien adaptara el guión. De alguna forma la cinta es un homenaje a Alberto Méndez y al guionista Rafael Azcona, así como a todas las personas fallecidas en la guerra que no van a poder contar su historia.
Su personaje en la cinta se recluye en casa ya que sus ideales pueden ser la causa de su muerte ¿Estaría dispuesto a morir por sus ideas?
En mi caso sería complicado saberlo, pero los ideales y las motivaciones de mi personaje son muy diversas, creo que no se queda encerrado por su propio gusto, más bien no puede escaparse, de hecho hablé mucho de este tema con José Luis. Creo que mi personaje no sale de su casa por la responsabilidad que tiene de que no maten a su familia. Se queda en casa por miedo. Al final, el suicidio es la única salida que le queda, pues estorba y molesta a su familia, y si él muere su familia puede salvarse.
¿Qué fue la más curioso de filmar la película en Ourense?
Yo siempre venía a Galicia con la idea de un clima invernal, pues a mi la lluvia me encanta, lo anecdótico del rodaje en Ourense fue que durante los meses que estuve aquí siempre tuvimos un sol radiante. La verdad es que Ourense es un lugar muy acogedor y que relaciono siempre con mi tierra, La Rioja, pues son lugares de paso. Ourense es un cruce de caminos curioso, la gente no se queda aquí mucho tiempo y eso es algo de lo que los ourensanos se pueden aprovechar, pues la gente de paso siempre tiene historias que contar.
Me gustan las situaciones y los personajes que me lleven de un lugar a otro, es como si a alguien lo encasillan en hacer música clásica cuando en realidad quiere hacer rock. No es que yo me considere camaleónico como David Bowie, pero la renovación y el cambio es algo que nos ayuda en la interpretación a todos los actores, pues tienen que vivir de la incomodidad. Es por eso que yo prefiero que me juzguen, como el otro día, que una señora me dijo: Nunca cambies, y yo me quedé pensando, y decidí que voy a cambiar todo lo que pueda para poder conocer la diversidad de facetas humanas.
¿Qué opina sobre el guión de Los girasoles ciegos?
Desde que leí el libro de Alberto Méndez en el que está inspirada la cinta, hace tres o cuatro años, me di cuenta que era un caldo de cultivo para el cine, sólo faltaba que alguien adaptara el guión. De alguna forma la cinta es un homenaje a Alberto Méndez y al guionista Rafael Azcona, así como a todas las personas fallecidas en la guerra que no van a poder contar su historia.
Su personaje en la cinta se recluye en casa ya que sus ideales pueden ser la causa de su muerte ¿Estaría dispuesto a morir por sus ideas?
En mi caso sería complicado saberlo, pero los ideales y las motivaciones de mi personaje son muy diversas, creo que no se queda encerrado por su propio gusto, más bien no puede escaparse, de hecho hablé mucho de este tema con José Luis. Creo que mi personaje no sale de su casa por la responsabilidad que tiene de que no maten a su familia. Se queda en casa por miedo. Al final, el suicidio es la única salida que le queda, pues estorba y molesta a su familia, y si él muere su familia puede salvarse.
¿Qué fue la más curioso de filmar la película en Ourense?
Yo siempre venía a Galicia con la idea de un clima invernal, pues a mi la lluvia me encanta, lo anecdótico del rodaje en Ourense fue que durante los meses que estuve aquí siempre tuvimos un sol radiante. La verdad es que Ourense es un lugar muy acogedor y que relaciono siempre con mi tierra, La Rioja, pues son lugares de paso. Ourense es un cruce de caminos curioso, la gente no se queda aquí mucho tiempo y eso es algo de lo que los ourensanos se pueden aprovechar, pues la gente de paso siempre tiene historias que contar.
