El ourensano Joaquín Balsa vuelve a su ciudad natal tras haber expuesto en salas de Europa y América. El Centro Cultural de la Diputación acoge la Colección Silver hasta el 2 de octubre. Presidida por un gran Rolls Royce, Balsa demuestra cómo es posible aunar belleza y técnica industrial.
¿Qué podemos encontrar en esta exposición?
Podemos ver obras de diferentes formatos y tipos. Yo trabajo chapa galvanizada y materiales de reciclaje, como el periódico. Los voy amontonando en plan collage y en un futuro, alguien que quiera revisar los periódicos de esa época podrá utilizar mi obra como registro. Hay otros temas como la pintura reseca y vuelta a utilizar, que siempre tiene una nueva función. Son piezas realizadas desde 1993 hasta hoy.
Acaba de volver de Nueva York. ¿Qué sensaciones trae?
El mercado europeo hace sus inversiones en América y allí pagan sus peajes. El americano está controlando todo el mercado del mundo y las sensaciones que hay allí son bastante buenas, en Nueva York, Chicago y demás. En cuanto al público, una obra de arte localista, la aprecian más como artesanía, pero una obra de arte universal que parte de la abstracción tiene cabida en cualquier parte del mundo, no es bueno ponerle una casilla.
¿Se cumple lo de que nadie es profeta en su tierra?
Yo hago mi trabajo, como otros hacen otras cosas. Detrás de nuestro trabajo hay una sociedad que tenemos que sacar a flote y este trabajo, al ser universal, lo llevamos por todo el mundo. Hay referencias de mercado y museos que dicen que esta obra es buena. Por eso no queremos encasillarla aquí. Yo me considero ourensano, pero abierto al mundo.
¿Como ha ido evolucionando el panorama artístico ourensano?
Sí que me han ido hablando de cosas, pero no les presto atención. Hay que trabajar e intentar dejar de hablar de los demás. Los amigos son para disfrutar y del resto hay que dar caña al vicio y dejarse de envidias ni grupitos.
Podemos ver obras de diferentes formatos y tipos. Yo trabajo chapa galvanizada y materiales de reciclaje, como el periódico. Los voy amontonando en plan collage y en un futuro, alguien que quiera revisar los periódicos de esa época podrá utilizar mi obra como registro. Hay otros temas como la pintura reseca y vuelta a utilizar, que siempre tiene una nueva función. Son piezas realizadas desde 1993 hasta hoy.
Acaba de volver de Nueva York. ¿Qué sensaciones trae?
El mercado europeo hace sus inversiones en América y allí pagan sus peajes. El americano está controlando todo el mercado del mundo y las sensaciones que hay allí son bastante buenas, en Nueva York, Chicago y demás. En cuanto al público, una obra de arte localista, la aprecian más como artesanía, pero una obra de arte universal que parte de la abstracción tiene cabida en cualquier parte del mundo, no es bueno ponerle una casilla.
¿Se cumple lo de que nadie es profeta en su tierra?
Yo hago mi trabajo, como otros hacen otras cosas. Detrás de nuestro trabajo hay una sociedad que tenemos que sacar a flote y este trabajo, al ser universal, lo llevamos por todo el mundo. Hay referencias de mercado y museos que dicen que esta obra es buena. Por eso no queremos encasillarla aquí. Yo me considero ourensano, pero abierto al mundo.
¿Como ha ido evolucionando el panorama artístico ourensano?
Sí que me han ido hablando de cosas, pero no les presto atención. Hay que trabajar e intentar dejar de hablar de los demás. Los amigos son para disfrutar y del resto hay que dar caña al vicio y dejarse de envidias ni grupitos.
