El todavía presidente de la Diputación se va en el momento más dulce del PP pero decepcionado con los 'xefes' del partido

José Luis Baltar abandona tras 44 años dedicado a la actividad política

Se va sólo seis meses después de haber sido investido presidente para los próximos cuatro años, estando al frente de una cómoda mayoría absoluta de 15 diputados (de 25 que forman la Corporación), sin rencor pero decepcionado de la política, con la firme voluntad de convertirse en una persona anónima y recriminando a los de 'arriba', las direcciones del partido, su condición de 'veletas' y poco fiables.
José Luis Baltar Pumar (Esgos, 1940) anunció ayer por sorpresa, en una multitudinaria rueda de prensa convocada para las seis de la tarde en la sala de juntas de la Diputación, que abandona definitivamente la política al renunciar a los cargos públicos que ostenta, concejal de la ciudad y la presidencia de esa institución provincial, que ejercía de forma ininterrumpida y con mano de hierro desde hace 22 años (y siete más como diputado provincial), cuando sustituyó a Victorino Núñez al frente de la misma. Lo hizo cuando están a punto de cumplirse dos años de su relevo formal en otra responsabilidad, la de presidente provincial del PP, donde le sustituyó su hijo, Manuel Baltar, quien con toda probabilidad le relevará ahora en el Pazo provincial.

Antes de comunicarlo públicamente, Baltar Pumar reunió ayer a sus 14 diputados y al presidente provincial en un comida para informarles, aunque la decisión ya no cogió a ninguno por sorpresa. Por la mañana, a primera hora, le dio la noticia a su esposa, Alicia Blanco, pero asegura que el presidente del partido en Galicia, Núñez Feijóo, ya conocía su voluntad de renunciar, y la había aceptado, el sábado pasado.

En realidad, puntualizaría, ya planteó en septiembre el abandono de la política pero la inminencia de las elecciones generales aconsejó esperar. Después quiso dejar aprobado el presupuesto a su sucesor y, finalmente, se fijó enero como límite a su mandato. El anuncio de su marcha estaba previsto para el martes día 17 aunque se aplazó una semana más. Pero que quede claro, insistió, que se va porque él quiere, 'non porque me boten' y así se lo recordó ayer mismo el propio Feijóo, cuando le comunicó que iba a hacer pública su marcha.


VIDA ANÓNIMA

Baltar Pumar recordó que se va en el momento más dulce del Partido Popular porque 'non son eterno'. Y lo hace con todas las consecuencias, preparado para pasar a ser una persona anónima a partir del viernes, hasta el punto de que no piensa participar en ningún acto público de su partido, en el que se mantendrá, eso sí, como militante se base. Además, recalcó, que no aceptará ningún otro cargo del PP, 'aínda que mo ofrezcan'. También renunciará, por ello, a su condición de concejal en el Concello de Ourense, donde será sustituido por Carmen Carballo, la siguiente de la lista municipal.

Este era el momento, insistía, a preguntas de los periodistas, emocionándose al recordar que acumulaba 44 años de actividad política, desde 1968. En ese tiempo, siempre tuvo claro que hay que apoyarse 'nos de abaixo', en el ciudadano votante y militante, que es el que da los apoyos. Porque 'os de arriba' son como 'veletas, hoxe telos a favor porque sopla o vento para aquí e mañá déixante na estacada'. Y puntualizó: 'Refírome ós xefes'.

Baltar reconoció que no se va satisfecho con su propia gestión ni con la del Gobierno de Feijóo con Ourense porque la provincia 'merece moito máis'. Con todo, mostró su apoyo a la planta incineradora de O Irixo y al impulso a la estación de montaña de Manzaneda.

Quiere ser recordado como un 'home sinxelo e bó' y cree que siempre fue escrupuloso y correcto con la oposición política, en el trato personal. Otra cosa son las discrepancias políticas, lógicas en democracia. Asegura que nunca hubo baltarismo -sólo Baltar-, ni quiso hablar, aunque él mismo lo mencionó, de 'boinas e birretes', porque eso no se quiere entender y 'din que monto un cirio'. No quiso recordar meteduras de pata, que las hay, reconoció, y aseguró que deja muchas cosas pendientes, sobre todo la de levantar la provincia .

En el momento del recuerdo, Baltar Pumar, que auguró años de más fuerza y poder del PP en Ourense, negó que quisiera echar un pulso a Manuel Fraga cuando cinco de sus diputados autonómicos, sus más afines, amenazaron la mayoría absoluta del aquella Xunta popular. 'Só intentei dicirlle que o que se estaba a facer non era o correcto pero non pasou de aí'. Al final, reconoció, que 'quen tivo que doblar fun eu'.

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