El fiscal solicita un año de prisión y sendas multas por un total de 72.000 euros para dos hermanos acusados de, supuestamente, apropiarse de documentación de un grupo empresarial del que eran socios con otro hermano y hacerse con el control. El hermano retiró la acusación.
No les quedaba otra salida. Así justificaron ayer dos acusados cómo se habían hecho, de una forma un tanto peculiar, con el control de tres empresas de las que ellos eran socios. Los hechos que se les imputaban, y que ellos reconocieron en cierta medida, se remontan a diciembre de 2001. Alberto V.R. y su hermano Siro V.R. eran socios, junto a otro hermano, en un grupo de empresas dedicadas a la pizarra. El otro hermano, E.V.G., era el que dirigía y administraba el grupo. Sus hermanos sospecharon de irregularidades contables y dado que, según ellos, no les daba explicaciones, actuaron por su cuenta.
Así, el 4 de diciembre de 2001, aprovechando que E.V.G. estaba en Fuerteventura, los dos acusados se presentaron en las oficinas de las empresas, en O Barco, y dieron orden a los empleados de que no dejaran entrar a nadie. Poco después consiguió entrar su sobrina y, tras una discusión con sus tíos, éstos supuestamente la cogieron por el pelo y la arrastraron varios metros por el suelo. La sobrina declaró ayer, sin embargo, que la agresión no había sido tal. Horas después entraron en las oficinas dos abogados, un notario, un cerrajero y un guardia de seguridad. Siguiendo instrucciones de los acusados, el cerrajero forzó la caja fuerte para obtener documentación contenida en 109 carpetas y sobres, de los que levantó acta el notario. Los documentos fueron trasladados a otras oficinas.
Ese mismo día, los acusados habrían realizado dos traspasos de la cuenta de una de las empresas a otra personal de ambos, por valor de más de 63 millones de pesetas, que emplearon para realizar pagos por cuenta de las empresas del grupo. Lo que el fiscal considera apropiación de documentación societaria no imposibilitó la continuidad del grupo empresarial pero logró que el otro hermano perdiera el control del mismo.
Así, el 4 de diciembre de 2001, aprovechando que E.V.G. estaba en Fuerteventura, los dos acusados se presentaron en las oficinas de las empresas, en O Barco, y dieron orden a los empleados de que no dejaran entrar a nadie. Poco después consiguió entrar su sobrina y, tras una discusión con sus tíos, éstos supuestamente la cogieron por el pelo y la arrastraron varios metros por el suelo. La sobrina declaró ayer, sin embargo, que la agresión no había sido tal. Horas después entraron en las oficinas dos abogados, un notario, un cerrajero y un guardia de seguridad. Siguiendo instrucciones de los acusados, el cerrajero forzó la caja fuerte para obtener documentación contenida en 109 carpetas y sobres, de los que levantó acta el notario. Los documentos fueron trasladados a otras oficinas.
Ese mismo día, los acusados habrían realizado dos traspasos de la cuenta de una de las empresas a otra personal de ambos, por valor de más de 63 millones de pesetas, que emplearon para realizar pagos por cuenta de las empresas del grupo. Lo que el fiscal considera apropiación de documentación societaria no imposibilitó la continuidad del grupo empresarial pero logró que el otro hermano perdiera el control del mismo.
