Campos blancos, aguas congeladas y las chimeneas echando humo conforman la estampa matutina en las aldeas de Calvos de Randín, el municipio que cada noche alcanza temperaturas bajo cero de récord.

Leña contra el termómetro

Luisa López mantiene su casa a 22 grados con una chimenea. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Con humor y mucha leña afrontan estos días de intenso frío los vecinos de Calvos de Randín. El ayuntamiento ourensano limítrofe con Portugal lidera el ránking de temperaturas bajo cero de Galicia, pero sus habitantes quitan hierro al asunto y advierten que lo más probable es que lo peor está por llegar. Así lo cree María Genma Alonso, una vecina de la rúa do Eiro de Calvos, que pasa los días en casa. 'O imos levando, votando as mantas por riba e coa estufa sempre encendida. E iso que aínda non chegou a neve', advierte.
Las bajas temperaturas han acabado con las huertas y 'a terra á que non lle da o sol está conxelada', advierte azada en mano Senén Feijóo. Las únicas que resisten por estas fechas 'son los repollos y las berzas gallegas', matiza Manuel Coello un berciano asentado en Randín que cada día acude a la capitalidad a disfrutar de la compañía y el calor de la estufa de pellets que poseen en el bar Susa. 'El frío se lleva mejor con un buen cocido gallego y un chupito de hierbas o licor café', recomienda.

Los beneficiados por estas temperaturas son los asiduos a las matanzas, que han aumentado en los últimos días en la zona. 'Este frío polar ayuda, porque cura la carne y se seca', apunta Coello.

Otra vecina de Calvos, María Luisa López, pasa las jornadas en una moderna y coqueta 'cociña dos chourizos', donde una chimenea hace al mismo tiempo de estufa y calefacción para toda la casa. 'Con este sistema temos a casa a 22 grados, aforramos cartos e non sentimos o frío', asegura López con la leñera llena de carballos para aguantar el duro invierno. El frío no ha mermado sus actividades. 'Cando máis frío fai é pola noite, así que polo día vou a misa, a facer a compra.... O malo é que este ano chegou máis pronto', apuntaLuisa .


SAL Y TRASLADOS SANITARIOS

Los vecinos consultados consideran que, a día de hoy, las carreteras son seguras. El firme en las vías principales es adecuado y, desde primeras horas de la mañana, es frecuente ver las máquinas echando sal. Una tarea que se multiplica por los seis ayuntamientos que conforman, junto a Calvos de Randín, el Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés.

Operarios de los distintas administraciones, incluidos los grupos supramunicipales de emergencia, recorren cada día cientos de kilómetros para facilitar la circulación de los conductores. Una tarea que complementan con las salidas sanitarias. 'Nas últimas datas incrementamos os traslados de persoas polo frío, algunhas por enfermidade e outras por doenzas relacionadas polo frío', reconocía Jorge Rodríguez, responsable del grupo supramunicipal de emergencias (GES) de Lobios, que cifró en una media de dos salidas diarias hasta el centro de salud por este motivo.

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