La ley del “solo sí es sí” que entró en vigor en octubre del pasado año permitirá en breve abandonar la cárcel de Pereiro a Antonio E.B., condenado en 2010 por la Audiencia de Ourense a 13 años y ocho mese de prisión por la violación de una niña de once años en un gallinero de Coles. Hubo dos ataques en menos de hora y media.
La revisión de la condena que solicitó su letrado rebajó un año la pena por lo que, toda vez que sea firme el auto, ya que cabe recurso, y se haga una nueva liquidación, el inculpado podrá recuperar su libertad. Con la anterior regulación saldaría sus cuentas con la justicia en septiembre de 2023 así que con la nueva norma adelanta un año su excarcelación, quedando a cero el marcador en septiembre del pasado año.
La Ley 10/22 “hace necesario revisar aquellas sentencias firmes en que, como consecuencia de dicha reforma, la pena pudiera resultar ahora más beneficiosa para el reo”, dice la sala, a la hora de argumentar sí procede.
En este caso, según la resolución, con la anterior legislación “la pena a imponer se encontraba en la horquilla de 12 a 15 años de prisión, y se impuso en su grado superior por tratarse de delito continuado (de trece años y seis meses a quince años)”. Con la nueva legislación, según el auto, “la pena correspondiente sería de 10 a 15 años y, al tratarse de un delito continuado con el mismo parámetro valoratorio propio de la pena a revisar impuesta en su día, la nueva sería la de 12 años y 8 meses de prisión”.
La víctima, que hoy es mayor de edad, tenía once años cuando sufrió la agresión sexual en marzo de 2009. Su abogada solicitó en el juicio 30 años de cárcel y la fiscalía, 28.
La primera vez que abordó a la menor, la encerró en un gallinero tras pedir su ayuda para colocar una alambrada, y la intimidó con una paleta de albañil con la que la intimidó para que no gritase y obedeciese sus órdenes. Exigió a la niña que se tumbara en el suelo y se desnudara, intentó penetrarla sin llegar a conseguirlo, pero le introdujo un dedo en la vagina y se masturbó ante ella.
Pasados unos minutos, entre una hora y hora y media, agredió sexualmente a la denunciante en el interior de un galpón. Antonio Expósito “valiéndose de la situación de intimidación creada minutos, tal y como se dio por probado, ordenó de nuevo a la niña que se desnudara. En esa ocasión, introdujo su pena en la vagina sin lograrlos totalmente, por lo que se volvió a masturbar sin llegar eyacular.
