MUERTE EN LA COMISARÍA

Los porqués de la muerte de Celso

Ourense. 14-12-15. Local. Minuto de silencio en comisaría.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera El cadáver apareció en la quinta planta de la comisaría.

En el sumario por la muerte del policía Celso Blanco, hay un informe de expertos en Homicidios de la Comisaría General que argumenta un posible suicidio. En sus consideraciones, analiza desde la forma en la que se disparó el arma hasta los "monstruos interiores" de la víctima. 

 

Tras más de 3.500 folios y 11 tomos de sumario no está claro que a Celso Blanco lo hubieran asesinado el 9 de abril de 2016. Tampoco que se hubiera quitado voluntariamente la vida, con informes que sugieren ambas opciones.

La jueza de Instrucción 3 cree que hay base para hablar de la intervención de un tercero que intentó simular un suicidio. Por esta razón, puso en el punto de mira a los gemelos Bernardo y Roy D.L, quien junto con el fallecido, y según esa tesis, habrían planificaron por odio y  rencor robar las armas del búnker y escribir los anónimos para perjudicar a determinados compañeros.

La instructora menciona seis "circunstancias objetivas" para argumentar el homicidio: la manipulación de la pistola (era una de las sustraídas del armero policial y apareció sin cargador y con la recámara abierta); la distancia del disparo (no fue a bocajarro con suele ser normal en un suicidio) y la trayectoria (descendente); el hallazgo de ADN de un tercero en el arma; la ausencia de heridas de caída en el cuerpo de la víctima; la sangre en la mano y, por último, los frunces del pantalón (atribuidos a colocar el arma bajo el cuerpo).

La jueza en todas estas conclusiones obvia el informe de agosto de 2017 (incorporado al tomo 9) elaborado, a petición suya, por la Brigada de delitos contra las personas -la sección de homicidios y desaparecidos- de la Comisaría General de Madrid.  Este concluye que  "existen indicios y pruebas objetivas que hacen plantear la etilogía suicida como la más probable". Pero la togada cree que es demasiado valorativo y pretende apartarlo de la causa. Una decisión que cuenta con la oposición de la fiscalía, que recurrió la decisión ante la Audiencia.

El propio letrado de los gemelos considera que el análisis de estos expertos es clave y, consciente de que le faltaban datos que fueron incorporándose a la causa con posterioridad, como el hecho de que la víctima estaba sentada cuando se produjo el disparo, considera que deben revisarlo para ajustar su hipótesis de partida. Eso sí, está convencido que la conclusión será la misma: "Celso se quitó la vida", apunta.

Para los analistas de la unidad de Homicidios el hecho más controvertido es cómo aparece el arma con la que se efectúa el disparo, toda vez que los especialistas del Laboratorio Central de  Balística Forense confirmaron que su funcionamiento era correcto. Creen que pudo deberse a "un empuñamiento forzado (...), algo creíble en el momento de quitarse la vida", lo que pudo influir en la pieza de retenida situada en el lateral de la pistola (corredera abierta).

El documento entra en detalles: se realizaron en la galería de tiro  de Balística de la Comisaría General de Policía Científica tres series de disparos por parte de tres funcionarios zurdos, llevados a cabo con diferentes agarres (forzados y sin forzar) para observar si la corredera podría quedar retrasada -recámara abierta- accionando la pieza de retenida hacia arriba en el momento que se aprieta el gatillo. Uno de los tiradores consiguió que la corredera se quedara hacia atrás con el agarre forzado.

Esta tesis no es contemplada por la magistrada. Según ella manifiesta en un auto de 21 de enero, "ningún informe pericial acredita que el empuñamiento forzado sea posible con una mano similar en tamaño a la de Celso". Pero para Homicidios, "no es descartable que, en un momento particularmente tenso, la víctima actuara involuntariamente sobre la pieza de retenida de la pistola, lo que provocó que la corredera quedara abierta".

El informe tiene en consideración la psicología del fallecido: "Si bien es cierto que no parecía presentar síntomas de depresión o indicios claros de intenciones suicidas, las entrevistas mantenidas y los datos obtenidos a partir de su terminal telefónico apuntan a una descripción de su personalidad que no es incompatible con la idea de la autólisis."

Los policías de esta unidad ponen sobre la mesa los planes de futuro que tenía la víctima, tal como refiere su familia, pero los contraponen con las informaciones obtenidas a posteriori que "desmienten esa imagen de persona coherente y profundizan en el ser humano con crisis y ciertos problemas de inseguridad".

Recogieron conversaciones que revelan que Blanco se sentía como "la puta de la comisaría porque todo el mundo tiraba de él para hacer cosas". Aunque también hablaba de sus "monstruos" interiores, a lo que tenía que controlar muy bien para que no se desequilibrasen. La causa del hipotético suicidio, según exponen desde  UDEV Central, "el remordimiento por haber causado daños irreparables al sustraer las armas y enviar los anónimos". 

Asimismo, el informe valora que la muerte se produce en comisaría, un lugar con acceso restringido y con cámaras y que en el despacho (escenario del crimen) no existen patrones alterados (vacíos, marcas, pisadas), lo que aleja la presencia de personas u objetos en la trayectoria de las proyecciones de sangre, descartando que alguien le obligara a dispararse porque no existen indicios de lucha previa.

Las marcas de presión y las machas de sangre en el índice de la mano izquierda (era zurdo) son compatibles con el empuñamiento -aseguran-  del arma en el momento del disparo, al tiempo que destaca los residuos de disparo en la mano y la manga del jersey "compatibles con que Celso disparase la pistola o haya estado próximo a la misma en el momento del disparo". 

Los policías de Madrid analizan los mensajes de despedida por WhatsApp ("Lo siento, ya lo entenderéis") o en el correo electrónico en el que pide perdón por el robo de armas y los anónimos. Para estos especialistas, "es poco viable" que un tercero haya trabajado con esas comunicaciones antes de un homicidio "ya que implica que el asesino debería haber quedado previamente con Celso en comisaría y haber tenido acceso al móvil". Su teléfono reveló que no contactó con nadie para verse allí. El día de la muerte solo intercambió mensajes con una amiga policía. Celso le comentó las noticias de prensa de ese día y que pensaba ir a la finca. A las 15.28 horas, le dice que también limpió hierbas y plantó lechugas y que estaba frente a la chimenea. Este sería su último mensaje antes del remitido al grupo de WhatsApp a las 16,45. Quince minutos después, murió. n

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