La popular Batalla de Flores recuperó ayer todo el esplendor de sus orígenes con un espectacular y participativo desfile. En total, una docena de carrozas salieron a la calle, acompañadas de 130 niños, además de músicos y bailarines.
Los cuentos infantiles, el cabaret y la magia, fueron las temáticas más repetidas de las carrozas y de las que pudieron disfrutar miles de personas que abarrotaron las calles del itinerario, que se inició en As Lagoas y atravesó Curros Enríquez, O Paseo, Padre Feijóo y Progreso, para rematar en Alférez Provisional.
El intenso calor que aún reinaba en la ciudad a las ocho de la tarde no impidió a la gente disfrutar del derroche de colorido, confetis y golosinas.Los organizadores basaron el diseño de las carrozas en un motivo común: los cuentos infantiles, que se repitió en ocho de las diez estructuras. Personajes de dibujos animados como el Pájaro Loco, Piolín, El Lobo y los Tres Cerditos o la bruja de La Sirenita fascinaron a mayores y pequeños. Otra de las carrozas representaba un cabaret al más puro estilo del Moulin Rouge, en el que participó la escuela de baile Estilo Libre. La magia también fue la protagonista en otra de las carrozas, decorada con una baraja de cartas de póker de gran tamaño y una chistera de mago, de la que salía un conejo y una zanahoria.
En la decoración de estos monumentos de color se utilizaron entre miles de flores, entre las que se incluyeron margaritas, rosas, camelias e, incluso flores de almendra y un sinfín de motivos que hicieron las delicitas de la gente. La satisfación era generalizada por el resultado conseguido y fuentes de la organización aseguraban que la Batalla de Flores 'está voltando ás súas orixes, cando era un referente en canto a espectacularidade e participación' y el número cumbre de las fiestas de Ourense, unos festejos que hoy, domingo, entran en su última jornada.
El intenso calor que aún reinaba en la ciudad a las ocho de la tarde no impidió a la gente disfrutar del derroche de colorido, confetis y golosinas.Los organizadores basaron el diseño de las carrozas en un motivo común: los cuentos infantiles, que se repitió en ocho de las diez estructuras. Personajes de dibujos animados como el Pájaro Loco, Piolín, El Lobo y los Tres Cerditos o la bruja de La Sirenita fascinaron a mayores y pequeños. Otra de las carrozas representaba un cabaret al más puro estilo del Moulin Rouge, en el que participó la escuela de baile Estilo Libre. La magia también fue la protagonista en otra de las carrozas, decorada con una baraja de cartas de póker de gran tamaño y una chistera de mago, de la que salía un conejo y una zanahoria.
En la decoración de estos monumentos de color se utilizaron entre miles de flores, entre las que se incluyeron margaritas, rosas, camelias e, incluso flores de almendra y un sinfín de motivos que hicieron las delicitas de la gente. La satisfación era generalizada por el resultado conseguido y fuentes de la organización aseguraban que la Batalla de Flores 'está voltando ás súas orixes, cando era un referente en canto a espectacularidade e participación' y el número cumbre de las fiestas de Ourense, unos festejos que hoy, domingo, entran en su última jornada.
