Marisol Nóvoa: "A mucha empresa le costará mantener su nivel de empleo, el horizonte preocupa"

Marisol Nóvoa (O Carballiño, 1959) cumple hoy dos años al frente de la Confederación de Empresarios de Ourense (CEO) y en septiembre, cuatro décadas como abogada -de colegiada los celebrará en 2023-. Si su mandato arrancó con la resaca de las tensiones con la otra candidatura -"hoy la unidad es un hecho", dice-, la pandemia reajustó las perspectivas. ¿El trabajo de las patronales se ha reivindicado con el covid? Sí. Nos llamaron muchos empresarios para darnos las gracias por nuestra labor y el asesoramiento. Se sentían perdidos totalmente. ¿Cómo es hoy el ánimo del empresariado ourensano? Más animados. Pero aquí ya había problemas antes del covid. Tenemos sectores muy castigados, como el comercio. ¿Están llegando a la provincia las ayudas directas? Está pendiente agilizar la burocracia, para todo. ¿Teme la CEO que las empresas pequeñas se queden atrás? Hay mucha empresa viviendo del cese de actividad y de los ERTE. Una vez que se acaben las ayudas, puede costar salir adelante. Pese a las últimas cifras de empleo hay 2.500 ourensanos todavía en ERTE. Falta por evaluar a esa parte de la economía. Hoy viven en un régimen de subsistencia, de día a día.... ¿Qué pasará en el futuro con ellos? ¿Las empresas tienen que ir pensando en ese día después? No se puede esperar a acabar las prestaciones para ajustar la realidad de la empresa. Muchas no van a poder mantener su nivel de empleo pero tampoco tendrán liquidez para financiar los despidos improcedentes... ahí entrará lo que están esperando, los concursos. ¿Aguardan una avalancha? Sí. El horizonte es preocupante porque a muchas empresas les será difícil mantener el empleo. Y peor será salir de ahí: despedir, pagar una indemnización sin liquidez, tener que devolver los préstamos ICO que han empezado a pagar... ¿Y qué piden al Gobierno? Para empezar, quitar el requisito de permanencia del empleo tras el ERTE. Al menos de forma temporal para tener algo de pulmón. ¿Las ayudas europeas beneficiarán a las pymes? Ese es un gran problema. No pueden ser solo para las grandes empresas. Pero hay mucha oscuridad. ¿Le constan movimientos desde Ourense para captar fondos? Hay un tema de desinformación importante. Muchos asocian estas ayudas como directas. Y no. Luego están los fondos para la administración local, pero tampoco se saben los criterios de reparto. ¿Ha sido la pandemia un aviso para el empresariado? Hay que cambiar... poco a poco todos nos estamos dando cuenta de la importancia de la digitalización. Esta crisis amenaza, como siempre, a mujeres y jóvenes. En esta línea va nuestro nuevo programa para mujeres desempleadas (Reactiva Mulleres). Empezamos el lunes -por mañana- en la ciudad. ¿Por qué cuesta tanto coordinar las demandas de las empresas con la oferta formativa? Hay paro y a la vez sectores que no encuentran personal, como la pizarra, vino, construcción...Debería haber más formación. ¿Pero qué hay que hacer? Falta agilidad, adaptación... y también interés: si no pagas por asistir a los cursos mucha gente no va. Es necesaria una reflexión colectiva. Y es cierto que la administración tiene que ser más flexible. ¿Les preocupa la situación de la ciudad de Ourense? Sí. Llevamos años sin avances. La ciudad no puede seguir así, el deterioro cada vez es mayor. ¿Jácome está siendo letal para Ourense? Eso no se lo voy a contestar (ríe). Existe un clima de retroceso. Hay temas fundamentales: termalismo, infraestructuras...¿Cuánto llevamos así? Se necesita un gobierno estable por el bien común. La mayoría sería con un pacto PSOE-PP. ¿Es lo deseable? A mí me da igual quién, lo importante es el resultado: un gobierno que saque adelante los problemas de Ourense. Cosas que la CEO reclama desde hace más de diez años, infraestructuras o el PXOM. Echo en falta ese consenso político para lo trascendental. Nosotros (por la patronal) agotamos nuestros recursos: transmitir y reivindicar. Luego es voluntad política. ¿A los diputados y senadores les falta arrojo para luchar en Madrid por Ourense al margen de si son gobierno u oposición? Los políticos se han comprometido. Confío en avanzar entre todos. Pero viendo la hemeroteca, es descorazonador. ¿Hay que dejar un poco al lado las siglas? Ourense debe estar por delante de las ideologías. ¿Cómo es su relación con Rafa Villarino? Ni buena ni mala, no tengo. La relación es institucional. Él le acusó de ser el “brazo ejecutor del baltarismo". Lo único que hice es defender las ayudas a los autónomos de la Diputación. Fueron las primeras que se dieron y para los beneficiarios es una faena que tras archivar la Subdelegación la denuncia de Villarino fuese al Contencioso. Confunde interés político con personal. La señaló tras las autonómicas por estar en la junta electoral. Llevo 20 años en la junta electoral. Allí se nombran dos vocales que tienen que ser abogados en ejercicio y con prestigio profesional. ¿Cómo ven Ourense desde fuera? Hay que compararse con Zamora, Teruel... de hecho estamos planteando elaborar un proyecto entre las patronales de la España Vacía, compartimos problemas y este puede ser el momento de aliarse. ¿Con Juan Manuel Vieites se ha pasado una página en la CEG? Con este presidente se está dando un impulso en el diálogo social y en la representatividad. Antes parecía que no había un interlocutor. ¿Por qué cuesta tanto enterrar la batalla norte-sur en la CEG? No creo en eso. Pueden ser problemas personales. A veces hay que buscar a la persona adecuada para aunar todos los intereses. ¿Qué pasó con Díaz Barreiros? No lo puedo decir. Ourense lo apoyó y... a los dos días decidió dimitir. No sé si por comentarios que salieron en la prensa o por cuestiones personales. Todo mi apoyo. Es la primera mujer al frente de una patronal gallega. Y la segunda abogada más veterana de la provincia en ejercicio (vuelve a reír). A la primera le tuvo que dar permiso su marido; lo que hemos avanzado en 40 años las mujeres, lo que conseguimos... Pero aún queda camino, ¿no? Sobre todo en puestos de responsabilidad. Ahí está el problema. Si hay más hombres, eligen a otros hombres. Se ve en el CGPJ. Si solo cuenta el mérito, ahí estamos.