Mucho antes de que la economía dijese basta en Europa, la industria musical ya se encontraba en crisis por culpa de fenómenos y avances tecnológicos que permiten a la sociedad escuchar un disco sin necesidad de pagar por su compra. Con el tiempo la SGAE fue ganando terreno en los derechos de autor de las piezas musicales, hasta que, como la economía, estalló. Tras la llamada industria musical, tras la SGAE y tras los propios músicos quedan todavía los estudios de grabación. En Ourense existen dos que resisten trabajando duro y, contra la dificultad, ofrecen dosis de profesionalidad.
Mafia Records opera desde O Carballiño. Allí ha estado desde el año 2001, aunque su propietario, Óscar Fernández, ha renovado su cara el pasado mes de marzo. Su estilo está muy definido: 'Me dedico al metal-hardcore, sobre todo a la caña', afirma Fernández. Por sus instalaciones han pasado más de 180 grupos y ha trabajado en tres cortometrajes con Luis Tosar. 'Los grupos viven peor que yo, no me puedo quejar'. Óscar Fernández confiesa que la situación de la industria musical va 'para peor', pero 'desde que empecé, no he estado parado ningún mes'. Su trabajo sería suficiente para vivir, pero lo compagina con su labor como técnico de sonido en la radio local de O Carballiño. Su pretensión no es tampoco la de hacerse rico pero, teniendo en cuenta la geografía gallega, cualquier estudio que abra 'es competencia'.
Más ecléctico, Rubén Cao trabaja desde Celanova, donde recibe a todo tipo de grupos, desde el folk hasta alguna coral pasando por el rock más puro en su estudio, Kao Records. A pesar de que antes mantuvo uno en Ourense, hace año y medio, desde que se trasladó a Celanova, empezó a entenderlo desde una perspectiva más profesional. Tampoco él vive en exclusiva de lo que gana en el estudio de grabación, sino que lo complementa dando clases, 'hai que chegar a fin de mes', y trabaja como técnico de sonido en diferentes conciertos. 'Hoxe en día hai que ofrecer prezos anticrise' para poder darle a los grupos la oportunidad de grabar.
Tanto Rubén Cao como Óscar Fernández buscan, además de trabajar con grupos con cierto nombre, dar la oportunidad a los que empiezan y, desde villas periféricas, reciben, sobre todo, a conjuntos gallegos. Hace un tiempo, a la oferta de Mafia y Kao Records se unía JJ Estudio Pro, en O Barco de Valdeorras. Su responsable, Juanjo Fernández, abandonó la provincia hace aproximadamente un año para enraizar en Ávila. 'Es un lugar más céntrico con respecto a Madrid y hay más mercado'. Para él, la crisis se nota más, sobre todo 'desde Navidades', aunque tiene esperanza, 'no queda otra', dice.
Más ecléctico, Rubén Cao trabaja desde Celanova, donde recibe a todo tipo de grupos, desde el folk hasta alguna coral pasando por el rock más puro en su estudio, Kao Records. A pesar de que antes mantuvo uno en Ourense, hace año y medio, desde que se trasladó a Celanova, empezó a entenderlo desde una perspectiva más profesional. Tampoco él vive en exclusiva de lo que gana en el estudio de grabación, sino que lo complementa dando clases, 'hai que chegar a fin de mes', y trabaja como técnico de sonido en diferentes conciertos. 'Hoxe en día hai que ofrecer prezos anticrise' para poder darle a los grupos la oportunidad de grabar.
Tanto Rubén Cao como Óscar Fernández buscan, además de trabajar con grupos con cierto nombre, dar la oportunidad a los que empiezan y, desde villas periféricas, reciben, sobre todo, a conjuntos gallegos. Hace un tiempo, a la oferta de Mafia y Kao Records se unía JJ Estudio Pro, en O Barco de Valdeorras. Su responsable, Juanjo Fernández, abandonó la provincia hace aproximadamente un año para enraizar en Ávila. 'Es un lugar más céntrico con respecto a Madrid y hay más mercado'. Para él, la crisis se nota más, sobre todo 'desde Navidades', aunque tiene esperanza, 'no queda otra', dice.
