La delegación de Cruz Roja en Ourense atendió en el 2016 a un total de 185 emigrantes a los que dio apoyo y formación a fin de facilitar su inserción social y laboral. A través del área de vulnerabilidad fueron asistidos 114 hombres y 171 mujeres.
Ser migrante es ser vulnerable. Salir del país de origen por motivos afectivos o inquietud laboral es un tema complejo por cuestiones administrativas y a nivel psicológico. "Dejar familia, amigos y costumbres y entrar en lo diferente sin más herramienta que la fuerza de voluntad no es fácil", aseguran.
Para las personas que sufren el dolor del desarraigo, hallar un punto de apoyo humano es fundamental y Cruz Roja da cobertura a esa necesidad. Les da la mano y les ofrece un clima de confianza para que puedan iniciar la nueva etapa en su vida con más facilidad en muchos aspectos.
En primer lugar,el equipo técnico dirigido por María Martínez, la responsable Atención a inmigrantes de Cruz Roja, efectúa la “primera acogida”, con una entrevista a fin de conocer la situación de partida de cada persona y establecer un clima de confianza y empatía, garantizando la confidencialidad.
Para Ligia Pava, nacida en Colombia, esta fase fue importante porque “no es fácil conectar, máxime cuando tienes conocimientos y estudios que para acceder a algunos trabajos tienen que ser homologados”. En el caso de Luis Neo, dominicano, la situación fue distinta ya que la inserción laboral llegó de la mano del entorno familiar.
A las personas emigrantes Cruz Roja en Ourense “les informa, orienta, forma y apoya”, remarcan. Además, cada usuario recibe formación tanto cívica como laboral y clases de alfabetización.
Para la dominicana Maribel Peralta “en estos cinco años lo más complicado fue la integración laboral porque vienes con una vida estable y estudios y aquí te sientes como un niño partiendo de cero”.
Con la integración como horizonte, Cruz Roja les ayuda para mantenerse firmes y positivos. Se trata de favorecer su integración en la sociedad de acogida conociendo, entre otras cosas, la lengua, normas y costumbres de la sociedad en la que han decidido vivir.
“Estoy tratando de homologar estudios"
Ligia Pava vino de Colombia hace siete meses. Llora al recordar a la familia que dejó al otro lado 
del mar. Para ella, "no es fácil conectar, máxime cuando se tiene muchos conocimientos y estudios que aquí no se valoran si no están homologados". Tiene formación tecnológica y fue funcionaria en el área jurídica de Gobernación de Antioquía. Está tratando de resolver lo de sus estudios "porque busco empleo en alguna oficina". En todo caso, asegura que "no se me caen los anillos por trabajar en lo que sea". Su intención es "demostrar mi valía" y está dispuesta "a trabajar en lo que surja".
“Echo de menos la alegría dominicana"
Maribel Peralta llegó a Ourense hace cinco años. Para ella "lo más complicado fue la integració
n laboral". Recuerda, no sin cierta nostalgia, que "vine con vida estable y estudios y aquí me siento como una niña partiendo de cero". Reconoce que "hubo momentos en los que pensé volver a mi país" pero "llevo tiempo luchando y no voy a dar marcha atrás". Su idea es traer su título de Bachillerato de la República Dominicana "para homologarlo aquí porque me ayudará en la búsqueda de empleo". Echa de menos "la alegría dominicana y la música que en mi país suena por todos lados".
“Jamás imaginé que fuera a acabar aquí"
Luis Neo era policía en República Dominicana. Nadie le avisó del frío que hacía por aquí en 
invierno pero "como militar estoy hecho a todo". Asegura que, aunque echa de menos "la música y el sancocho", en Ourense se siente "a gusto". Le encanta " el cocido, la oreja, el morro, la morcilla y los callos". Vino con su mujer "que llevaba allí 20 años". Decidió jubilarse y dio un paso del que no se arrepiente. Encontró trabajo "a través de un conocido de la familia", pero admite que "jamás imaginé que fuera acabar aquí". Entiende gallego y está haciendo sus pinitos en conversación.
“Cruz Roja nos da apoyo y formación"
Ana Pava entiende el castellano y tambien el gallego. "No lo hablo mucho porque soy tímida", 
dice. Lleva ya ocho años en Ourense. Trabajó en limpieza y atención a personas pero ahora no tiene trabajo. Asiste a los cursos de Cruz Roja desde hace tres meses porque "así aprovecho el tiempo y amplío mi formación". Recuerda que "hice un curso de bienestar y quiero hacer más para que me resulte más fácil encontrar un empleo". Asegura que "Cruz Roja nos da apoyo y formación que necesitamos" y se pone triste al recordar a su hija que está en Porto.
