A falta de la reorganización de las sucursales de A Rúa y Maceda, Novagalicia Banco ya ha completado la reordenación de sucursales prevista tras la fusión de Caixa Galicia y Caixanova en una sola entidad (Novacaixagalicia, luego transformada en banco).
Según explicaban ayer desde la entidad, la reestructuración estaba ya anunciada desde el año pasado, pero algunas oficinas quedaron pendientes para los primeros meses del año por cuestiones de organización. De hecho, queda pendiente que las dos oficinas de A Rúa se integren en una (proceso que se completará en pocos días) y que asuman la de Larouco (que hasta el momento ya abría a tiempo parcial, sólo lunes, miércoles y viernes). Mientras, el comité de empresa tiene un comunicado de la dirección del banco de que también se van a reorganizar las sucursales de Maceda, aspecto que no pudieron confirmar ayer desde el área de comunicación del banco.
De este modo, de las 183 oficinas ourensanas con que contaban Caixa Galicia y Caixanova antes de su integración, actualmente quedan en servicio 113 (y, con los dos cierres indicados, serán 111). Esta será la estructura que mantenga la entidad en la provincia ya que la nueva reordinación anunciada por el banco -que conllevará la supresión de 150 oficinas-, afecta sólo a sucursales fuera de Galicia.
No obstante, entre los trabajadores sí existe una gran preocupación por este procedimiento, debido a que conlleva la supresión de 750 puestos de trabajo, ya que también afecta a Galicia. En todo caso, aún están pendientes reuniones entre dirección y sindicatos, para concretar la repercusión. El representante de UGT en el banco, José Ramón del Pliego, indicaba que 'fai falta reconducir os gastos, pero non ir polo sitio máis fácil', apuntando que el volumen de trabajadores es insuficiente para atender a los usuarios, 'polo que non se entende que digan que sobran empregados'.
LAS CIFRAS: LA PLANTILLA
650
Empleados de ambas entidades antes de la fusión (400 procedentes de Caixanova y 250 de Caixa Galicia).
500
Empleados en la actualidad, después del proceso de marchas incentivadas. La edad media de la plantilla en Ourense era elevada, por lo que muchos trabajadores pudieron acceder a la prejubilación.
FIRMAS POR UN AHORRO PÚBLICO
La Plataforma polo Aforro Público (Asambleas galegas do 15M, Democracia Real Xa o Stop Deshaucios, entre otros) recogió ayer firmas para protestar 'pola mala xestión das caixas, o proceso de bancarización e nacionalización das caixas, o fin da obra social e as indemnizacións millonarias de directivos'.
De este modo, de las 183 oficinas ourensanas con que contaban Caixa Galicia y Caixanova antes de su integración, actualmente quedan en servicio 113 (y, con los dos cierres indicados, serán 111). Esta será la estructura que mantenga la entidad en la provincia ya que la nueva reordinación anunciada por el banco -que conllevará la supresión de 150 oficinas-, afecta sólo a sucursales fuera de Galicia.
No obstante, entre los trabajadores sí existe una gran preocupación por este procedimiento, debido a que conlleva la supresión de 750 puestos de trabajo, ya que también afecta a Galicia. En todo caso, aún están pendientes reuniones entre dirección y sindicatos, para concretar la repercusión. El representante de UGT en el banco, José Ramón del Pliego, indicaba que 'fai falta reconducir os gastos, pero non ir polo sitio máis fácil', apuntando que el volumen de trabajadores es insuficiente para atender a los usuarios, 'polo que non se entende que digan que sobran empregados'.
LAS CIFRAS: LA PLANTILLA
650
Empleados de ambas entidades antes de la fusión (400 procedentes de Caixanova y 250 de Caixa Galicia).
500
Empleados en la actualidad, después del proceso de marchas incentivadas. La edad media de la plantilla en Ourense era elevada, por lo que muchos trabajadores pudieron acceder a la prejubilación.
FIRMAS POR UN AHORRO PÚBLICO
La Plataforma polo Aforro Público (Asambleas galegas do 15M, Democracia Real Xa o Stop Deshaucios, entre otros) recogió ayer firmas para protestar 'pola mala xestión das caixas, o proceso de bancarización e nacionalización das caixas, o fin da obra social e as indemnizacións millonarias de directivos'.
