El violador del garaje de Ourense saldrá de la cárcel 16 meses antes por la ley del "solo sí es sí"

Arturo F.P., el día en que fue juzgado en la Audiencia de Ourense. FOTO: ÓSCAR PINAL.
photo_camera Arturo F.P., el día en que fue juzgado en la Audiencia de Ourense. FOTO: ÓSCAR PINAL.

Arturo F.P. con la ley del “solo sí es sí” saldará sus cuentas con la justicia el próximo verano

Arturo F.P., condenado en junio de 2018 a ocho años de cárcel por violar a una mujer a la entrada de un garaje de la calle Marcelo Macías, adelantará 16 meses su salida de la cárcel. La Audiencia de Ourense aceptó revisar la sentencia en aplicación de la Ley Orgánica 10/2022 de garantía integral de la libertad sexual, por lo que la pena quedó finalmente en seis años y ocho meses de cárcel.

 A efectos prácticos, Arturo saldará sus cuentas con la justicia el próximo verano, cuando el auto dictado por la sala, que puede recurrirse ante el TSXG, sea firme y se practique a una nueva liquidación de la condena. Incluso podría salir antes si la junta de tratamiento, dada la proximidad de la liquidación, accede a clasificarlo en tercer grado. Además, la prohibición de acercamiento y comunicación con la víctima quedó en siete años y ocho meses, en lugar de en nueve. 

Los magistrados indican que, en este caso, “la pena a imponer, si hoy mediara un nuevo enjuiciamiento, sería la de seis años y ocho meses de prisión”, por lo que han accedido a la revisión de la sentencia.

Los jueces dejaron en su día la pena de ocho años cuando la violación se castigaba en la horquilla de los seis a doce años, es decir, se fijó el castigo privativo de libertad en su mitad inferior.  Esos mismos hechos ahora se castigan con penas entre los cuatro y doce años.  “Ahora el límite superior se inicia en los ocho años, de modo que no se puede mantener tal pena ya que la sentencia no impuso la condena en su mitad superior”, asegura la sala.

Arturo violó a una mujer a la que conoció en la madrugada del 2 de febrero de 2017 en un pub de la ciudad. Ambos mantuvieron una actitud cariñosa con intercambio de besos y abrazos. A la hora del cierre del local, sobre las cuatro de la mañana, el inculpado se ofreció con insistencia para acompañarla a casa y ella aceptó.  La víctima fue violada en la rampa de un garaje comunitario, en la calle Marcelo Macías, después de que ella rechazara sus besos. 

El inculpado llegó a introducir los dados en la boca de la denunciante para evitar que gritase. Hubo un forcejeo  y ella le arañó la cara hasta que Arturo, según la sentencia, le bajó los pantalones -en el juicio solo admitió tocamientos consentidos con la ropa puesta-. La sentó en el suelo y la penetró vaginalmente, sin que conste que llegara a eyacular. Los gritos de auxilio fueron oídos por un conductor que pasaba por la zona. Al detener su vehículo, vio el forcejeo y alertó a la Policía Nacional.

En el fallo también se impuso el abono de  20.000 euros por los daños morales.

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