Obituario | Javier Núñez Nespereira, luces azules

No era un sábado cualquiera para la familia de Javier Núñez Nespereira. Tenían que despedirlo para siempre. El silencio inundaba el interior de los coches que seguían al cortejo fúnebre. El día se peleaba entre el sol y las nubes, arrojando una paleta de colores grisáceo solo roto por el color azul de dos coches de la Policía Nacional, que lo escoltaban y abrían el paso por las calles de Ourense. Para Javi, como así lo conocían, la policía lo era todo. Su profesión, su vida y su vocación se reflejaban en sus ojos, llenos de felicidad, cada vez que hablaba de lo que significaba para él formar parte de esa familia. Una felicidad sólo equiparable a cuando se encontraba rodeado de sus familiares y amigos. Al vivir momentos tan duros como estos, siempre se busca el cobijo y el respaldo de personas queridas y cercanas para poder llevar una pérdida de tal magnitud. Y en esto, la familia de la Policía Nacional respondió en masa. Infinidad de compañeros acudieron a despedirlo, a presentar sus respetos a él y a sus familiares. Todos quisieron, de alguna manera, poner su granito de arena en un homenaje constante a la figura de Javi. No existe mayor orgullo para una familia, especialmente unos padres, una esposa y una hermana, comprobar ese cariño. Por eso es justo agradecer a todos los miembros de la Comisaria Provincial de la Policía Nacional de Ourense, ya no solo su labor diaria de protección y servicio, sino la forma en la que ayudan, apoyan, cuidan y despiden a uno de los suyos. Es imposible no emocionarse al recordar una de las frases mas repetidas en este último adiós “aquí estamos, para lo que necesitéis”, el saludo de despedida a la entrada de la iglesia, o las lagrimas de compañeros portando la caja. También es justo acordarse y agradecer a los miembros de la Guardia Civil y de la Policía Autonómica, que también quisieron estar ahí, llegando a derramar lagrimas, no solo por el policía que fue Javi, sino, sobre todo, por la persona que se marchaba de este mundo. Pablito no pudo presenciar este homenaje por su corta edad. Pero en un futuro podrá sentir el orgullo de que su padre formó parte de un grupo de personas maravillosas que cuidan de los suyos como una gran familia. Y que ahora, Javi, es miembro de los ángeles custodios, que con un camino de luces azules, le guiaron a su nuevo cometido: velar por nosotros y sus compañeros desde el cielo. (A la Policía Nacional). Javier Núñez Nespereira