Entre el pasado lunes, 19 de abril, y el 20 de mayo, el embalse de Santo Estevo pasará de un caudal de 203 hectómetros cúbicos a 66. El desalojo de este importante volumen de agua ha provocado ya repercusiones en los ríos Sil y Miño (con un notable incremento del caudal, hasta el punto de inundar las termas de la ciudad) y obligó a la compañía Iberdrola a ralentizar la salida del agua embalsada en la presa.
No obstante, los efectos del descenso de caudal se notarán también en los próximos meses en la presa. La parte que sufrirá el mayor impacto paisajístico será la más alejada de la presa, ya que en ella dejará de acumularse agua y el caudal que circule por allí será el original del río (aunque ahora modificado por la regulación que imponen las numerosas presas del Sil).
De hecho, la magnitud de las obras ha obligado a la compañía a realizar un plan de vigilancia ambiental, con el fin de minimizar los impacto negativos en la calidad del agua del río y su incidencia en la fauna piscícola, ya que se reducirá el volumen de agua que circula por el río y se desplazarán sedimentos.
Otra consecuencia es la paralización de los recorridos turísticos en el catamarán de la Diputación de Lugo, en el embarcadero de Doade. No obstante, no afectará al catamarán de Ourense (cuyo embarcadero está en Santo Estevo).
La reducción del caudal de la presa de San Estevo se realiza para que la empresa Iberdrola pueda acometer las obras de ampliación de la central hidráulica, que actualmente tienen una potencia de 264 megavatios y se incrementará con otros 175. Para ello, se construye una nueva galería subterránea en un lateral del río (a unos 30 metros de profundidad, nivel correspondiente con el del agua que se desembalsa ahora), con una toma antes de la presa y salida aguas abajo) en la que se instalará la nueva turbina de generación de electricidad.
De hecho, la magnitud de las obras ha obligado a la compañía a realizar un plan de vigilancia ambiental, con el fin de minimizar los impacto negativos en la calidad del agua del río y su incidencia en la fauna piscícola, ya que se reducirá el volumen de agua que circula por el río y se desplazarán sedimentos.
Otra consecuencia es la paralización de los recorridos turísticos en el catamarán de la Diputación de Lugo, en el embarcadero de Doade. No obstante, no afectará al catamarán de Ourense (cuyo embarcadero está en Santo Estevo).
La reducción del caudal de la presa de San Estevo se realiza para que la empresa Iberdrola pueda acometer las obras de ampliación de la central hidráulica, que actualmente tienen una potencia de 264 megavatios y se incrementará con otros 175. Para ello, se construye una nueva galería subterránea en un lateral del río (a unos 30 metros de profundidad, nivel correspondiente con el del agua que se desembalsa ahora), con una toma antes de la presa y salida aguas abajo) en la que se instalará la nueva turbina de generación de electricidad.
