ENTREVISTA

Olimpia y su secreto para cumplir 100 años: "El sufrimiento se deja a un lado y se sigue el camino recto"

Olimpia González, a punto de cumplir 100 años
photo_camera Olimpia González, a punto de cumplir 100 años
La ourensana Olimpia González está a punto de cumplir 100 años y lo hace disfrutando y agradeciendo cada pequeño detalle

Si hubiese en el mercado una crema que permitiera rejuvenecer, no tendría precio. El truco, quizá, está en envejecer bien. La actitud positiva, el inconformismo y la humildad son algunos de los pilares fundamentales para ello. Así lo cree y lo demuestra Olimpia González.

Olimpia está a punto de cumplir 100 años y los lleva tan bien que cualquiera se los echa. "Siempre fui y sigo siendo una persona muy positiva, el sufrimiento se deja a un lado y se sigue el camino recto". No vacila al pronunciar estas palabras porque es lo que lleva practicando y enseñando a lo largo de su vida a todas las generaciones a las que precede. "Siempre supo superar las adversidades y los problemas no anclándose en el pasado, siempre vio las cosas buenas", asegura su hijo Juan Carlos Vázquez.

"Siempre fui y sigo siendo una persona muy positiva"

Natural de un pequeño municipio de Montederramo, Olimpia desde muy joven empezó a trabajar para poder salir adelante junto con su familia, ya que es la segunda más joven de siete hermanos. Después de trabajar cuidando las fincas y el ganado de familias con las que vivía en pueblos cercanos a Montederramo, Olimpia cogió su maleta y se marchó. "Me fui a Barcelona a cuidar a una cuñada que estaba enferma, y en cuanto se puso bien me dediqué a buscar trabajo yo misma". Siempre trabajadora y luchadora, Olimpia no dejó que nada la echase hacia atrás ni le impidiese seguir con su camino.

Olimpia González
Olimpia González, centenaria de Montederramo.

Viajera en busca de futuro

Fue allí donde, a la par que trabajando para poder costeárselo, se sacó el título de corte y confección, oficio al que le dedicó toda su vida. "He cosido y he cortado muchos vestidos, yo creo que los cosería a día de hoy hasta con los ojos cerrados", confiesa. Durante los años que vivió en Barcelona, Olimpia trabajó como modista y costurera para familias de la alta sociedad catalana, llegando a formar parte también del mundo de la alta costura en Cataluña.

"Siempre fui muy independiente, nunca me gustó molestar a mi familia, cada uno tiene que aguantar su leño", comenta Olimpia. 

Tras varias idas y venidas de Barcelona a Montederramo, Olimpia se volvió a su tierra natal para cuidar a su madre enferma, y para casarse con el que sería su marido durante toda su vida. Pero el futuro en el rural de Ourense no era el más halagüeño, por lo que el matrimonio decidió emigrar a Venezuela con algunos familiares del marido de Olimpia. "Lo teníamos todo arreglado pero en el último momento mi marido no pudo pasar una revisión médica y él me dijo que me fuese yo, y allí me fui", recuerda.

Decidida y sin pensarlo dos veces, Olimpia se embarcó ella sola en busca de un mejor futuro en Venezuela, donde vivió durante dos años y medio y luego regresó de vuelta a su tierra natal, para quedarse definitivamente. "Siempre fui muy independiente, nunca me gustó molestar a mi familia, cada uno tiene que aguantar su leño", comenta Olimpia. El resto de su vida se lo dedicó a la costura, dedicándose a hacer arreglos por encargo y a dar clases de costura a chicas del pueblo y de los alrededores.

"Me gusta ir a los vinos, aunque yo no beba".

Se quedó viuda muy pronto, con tan solo 58 años, momento en el que se fue a vivir a Ourense con su hijo. Pero eso situación no le hizo venirse abajo, sino que continuó igual de estoica que lo había hecho hasta ese momento. "La vida la tienes que tomar como te venga, procurar mejorarla si puedes y sino, pues ir tirando como puedas", asegura.

Siempre activa e inconformista

Lectora empedernida y viajera a más no poder, Olimpia se apuntaba a todas las excursiones que había del Imserso y a todas las salidas a balnearios para mayores. Durante mucho tiempo también Olimpia también acudió a la asociación de viudas en Ourense, para saciar sus ganas de socializar, de estar rodeada de gente y de mantener su mente ocupada. "Jugábamos a las cartas, hacíamos gimnasia, venía un médico a darnos clases de nutrición, hacíamos muchas cosas".

Su hijo destaca su gran habilidad para ganarse la confianza de las personas, lo que hace que sea alguien muy querida y que tenga muchas amistades. "Me gusta mucho hablar con la gente, siempre que me cruzaba con alguien me tenía que parar a hablar, y la gente siempre me paraba y eso me gustaba mucho".

Olimpia recomienda dormir mucho, tomar café, si es por la mañana mejor, y de vez en cuando algún chupito de licor de hierbas, que siempre alegra el cuerpo.

Aunque muy despierta y centrada, sin grandes problemas de salud, la edad se deja notar con algunos achaques, y es que la movilidad y la vista de Olimpia aquejan el paso de los años. Pero eso no constituye ningún impedimento para que continúe manteniendo algunas de sus actividades favoritas, como ver la televisión o ver el mar alguna que otra vez. "Me gusta mucho ir a la playa y también me pongo en bañador, que los viejos nos tenemos que poner al sol", se ríe.

Los trucos para cumplir 100 años

Cuando se le pregunta por algún consejo suyo para llegar a ser centenarios, Olimpia recomienda dormir mucho, tomar café, si es por la mañana mejor, y de vez en cuando algún chupito de licor de hierbas, que siempre alegra el cuerpo. "Me gusta ir a los vinos, aunque yo no beba".

El próximo jueves 18 de abril, Olimpia soplará una tarta con tres velas como entrada triunfal en los 100 años, rodeada de su familia más cercana. "El día fuerte será el sábado 20, pero quién sabe, igual el día 18 hacemos una salida a los vinos", bromeaba su hijo Juan Carlos.

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