El ourensano Felipe Rodríguez y sus 300 vacas

Felipe Rodríguez posa en su explotación ganadera situada en A Peroxa.
photo_camera Felipe Rodríguez posa en su explotación ganadera situada en A Peroxa.
Este ganadero de A Peroxa gestiona una explotación bovina desde hace 20 años. Él solo atiende a los animales y no tiene ningún día de descanso al año. No encuentra empleados que le ayuden, pero está dispuesto a enseñar a cualquier interesado

Felipe Rodríguez lleva más de 20 años en el sector de la ganadería. Empezó en el 2001 a raíz de la jubilación de sus padres, aunque lo tuvo que hacer solo, ya que ninguno de sus hermanos quiso escoger esta vía profesional. “Cando acabei os estudos primarios fixen un ciclo de ganadería e comecei na explotación”, explica.   

Además de la influencia de sus progenitores para que se dedicase a este ámbito, Rodríguez tuvo también siempre vocación por la ganadería, por lo que tomó la decisión de quedarse con la explotación. Tras dos décadas cuidando el ganado, actualmente cuenta con casi 300 vacas y su labor es reconocida en todo el Concello por sus vecinos. 

Sin embargo, no se muestra optimista sobre el futuro de un sector que ha sufrido mucho en los últimos años debido a la falta de relevo generacional para cubrir los puestos vacantes. “A situación é complicada porque temos moitas trabas burocráticas, os políticos piden aos cidadáns que volvan ao rural, pero a única forma de conseguilo é facendo ás explotacións rendibles e, se logras iso, as persoas seguro que volven por si soas”, resalta Rodríguez. 

En este sentido, destaca la inmensa dureza que supone realizar un trabajo en el que no hay ningún día libre en todo el año ni horarios. “Tes que estar día e noite pendente dos animais por se sofren algún imprevisto como unha enfermidade, isto non está pago”, cuenta.

Rutina

Rodríguez se levanta todos los días a las siete de la mañana para atender a los animales que tiene en la explotación, a las 8,30 horas vuelve a casa para preparar a sus hijos y llevarlos al autobús escolar. Tras ello, vuelve a atender a los animales y realizar los trabajos asociados a su cuidado. “O problema son os temas burocráticos que hai prácticamente a diario porque cada vez temos máis papeis, perdemos moito tempo con iso”, indica. 

Labor solitaria

Por si fuese poca la dureza del trabajo a diario, Rodríguez la tiene que soportar él solo, ya que no cuenta con ningún empleado. “Tiven a un obreiro durante máis de oito anos, pero decidiu cambiar de actividade e agora non atopo a ninguén que teña ganas de traballar, aínda que levo tempo buscando”, explica. En este sentido, explica que él está dispuesto a enseñar a cualquier persona que esté interesada en empezar en este sector. 

Rodríguez ve el futuro con incertidumbre, ya que actualmente el negocio no le sale muy rentable. “Isto é vocacional, quedeime aquí e apostei moito por isto e doeríame abandonar, pero non descarto nada”.

Sobre la situación de la ganadería en A Peroxa, Rodríguez agradece el apoyo del alcalde, pero indica que en la zona falta una concentración parcelaria, una mayor mentalización sobre el sector y destaca lo dispersos que están los terrenos, muchos de los cuales han sido abandonados por personas mayores y ahora se encuentran prácticamente inservibles para la producción y es imposible contactar con los propietarios. Esto, según explica, es muy importante, ya que sufre por la falta de terreno para expandir la explotación.

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