“Paderne paga a pena”

photo_camera Alberto Jorge Barreiros, junto a su hijo Brian en el pueblo de Saa. (FOTO: ÓSCAR PINAL)
Los habitantes de Paderne de Allariz hacen balance. Por un lado, disfrutan de una vida tranquila y un trato más humano. Por otro, carecen de algunos servicios, como los que les ofrecería un colegio o una estación de servicio.

El hijo de Alberto Jorge, Brian, es uno de los últimos niños nacidos en Paderne (llegó al mundo en 2018), y, según sostiene su progenitor, el único que reside en el pueblo de Saa. Jorge reconoce algunas carencias, como la mala conexión a internet, pero no cambia su residencia por nada. “Gústanos máis unha casa con horta que un piso. Vivín seis anos nunha cidade, e non estaba a gusto. Isto paga a pena”. Su hijo comenzará el colegio en el próximo curso. Se desplazará a Maceda, contando con un servicio de autobús para ello. 

El municipio intenta mantener y sumar servicios. Pronto contarán con un club de hípica, erigido sobre los cimientos del anterior, que se fue a pique hace años. Recogen el testigo varios jóvenes, naturales de O Porriño y curtidos en hípicas madrileñas. 

El bar Chiri Chipote, lugar de reunión social en Paderne.

El bar Chiri Chipote, lugar de reunión social en Paderne.

El alcalde, José Manuel Fernández, valora que, como este municipio está a solo unos minutos de la ciudad, “vivir aquí es tener lo mejor del rural y de Ourense al mismo tiempo”. Y recuerda los bajos impuestos para el agua, el IBI o la matriculación de vehículos. No obstante, reconoce deficiencias en lo que respecta a las actividades para niños, debido precisamente a la escasez de menores. “En esta pandemia vinieron más y ya podemos trabajar de otra manera”, valora. En cuanto a la construcción de la primera piscina municipal, el proyecto continúa en marcha con un cambio de concepto para garantizar su viabilidad: será climatizada y cubierta, operativa todo el año, y ya cuenta con el apoyo de la Diputación. Con respecto a la única oficina bancaria restante, Fernández explica que Abanca le comunicó que se mantendrá: “Está ubicada en un punto estratégico. Muchas personas bajan desde Xunqueira y Baños de Molgas hacia el polígono. Además, Paderne fue emigrante, así que tenemos dinero por ahí”, revela. 


Desde la farmacia: “Hay clientes que vienen a hablar, no a  comprar pastillas”


Farmacia de María Jesús Vila, en Paderne de Allariz. FOTO: ÓSCAR PINAL

Farmacia de María Jesús Vila, en Paderne de Allariz. FOTO: ÓSCAR PINAL

En la mañana de ayer, Tania Videira se encontraba al cargo de la única farmacia del municipio de Paderne. Lleva un año trabajando en este local. “Aquí el trato es muy personalizado. Ya conoces a familias enteras, y les sigues para saber si les funciona una medicación, poniéndote en contacto con el centro de salud si es necesario”. Considera que este trato más personal supone una mejoría no solo en el apartado humano, sino también en el sanitario. Y ella misma se siente más realizada. “Ves que estás ayudando a personas que lo necesitan, porque en ocasiones no tienen familiares cerca. Hay clientes que, más que a comprar una pastilla, vienen a hablar, que es lo que necesitan realmente”, reconoce. Videira considera que la farmacia es, con las contadas cafeterías, uno de los mayores centros sociales del concello. 

La dueña del Café Bar O Búho defiende que su mayor carencia es la falta de una buena conexión de internet. “Mi yerno tiene que bajar a Ourense para teletrabajar porque no hay cobertura”, lamenta. En el bar Chari Chipote, mientras toman algo en la terraza, Antonio Fernández y sus amigos reconocen que, como no tienen ninguna estación de servicio, acuden a repostar a Maceda o al polígono. Y demandan más autobuses, ya que solo pasan tres servicios al día. 

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