Reportaje

La pandemia aparca tradiciones en el CHUO

José Luis Méndez "Naranjo", Antonio Iglesias, Julio Nóvoa y Manuel Muinelo recuerdan sus viejos disfraces.
photo_camera José Luis Méndez "Naranjo", Antonio Iglesias, Julio Nóvoa y Manuel Muinelo recuerdan sus viejos disfraces.
Todos los años José Luis Méndez, Antonio Iglesias, Julio Novoa, Manuel Muinelo y Fernando Mate, trabajadores del CHUO y fans del Entroido, creaban originales disfraces que quedan hoy guardados para usar bata y mascarilla con los pacientes

Las risas volverán para un grupo de trabajadores del CHUO que cada año se organizan para disfrazarse juntos. José Luis Méndez, más conocido como Naranjo, Antonio Iglesias, Julio Novoa, Manuel Muinelo y Fernando Mate comenzaron a disfrazarse juntos en el 2000. "Las mayores risas que recuerdo las tuve con ellos, pero esta vez no procede que hagamos nada", cuenta Iglesias, quien es médico de hospitalización a domicilio. 

Por primera vez en estas dos décadas, trabajará el Martes de Entroido porque, en pandemia, todas las manos hacen falta. "Los compañeros cada año nos cambiaban las guardas porque sabían que nos juntábamos para disfrazarnos, pero este año no será así y me toco trabajar", expresa Iglesias. Natural de Vigo, el carnaval ya la atraía, pero fue llegar a Ourense y adentrase de lleno en la tradición. Novoa fue uno de los artífices en reunirlos a todos. "A mí, como ourensano que soy, me gusta mucho. Él y Manuel, que es de Lugo, no estaban tan metidos en ello y nos encargamos de que lo hicieses", recuerda este administrativo de Urgencias. 

Este fue el servicio que los unió y, aunque ahora estén separados, nada cambia su tradición de carnaval. "Somos muy amigos y siempre buscamos ideas originales para lucir en la calle, que es donde se vive el carnaval. Este año no es el momento de celebrarlo", destaca Novoa. Pero el espíritu sigue vivo, esperando a que se pueda recuperar en 2022. 

Si esto ocurre "será porque esto ha mejorado y podremos recuperar las fiestas perdidas", desea Novoa porque, en estos momentos, toca dejarlas "aparcadas".

Este fin de semana, si las circunstancias fuesen otras, estarían inmersos en la elaboración de sus disfraces. Kim Jong-un, los niños de San Ildefonso o Lucky Luke y los hermanos Dalton se convirtieron en su inspiración en estos últimos 20 años. "Estaríamos preparándolo todo y el lunes, al salir de trabajar, nos daríamos una vuelta por la ciudad", explica Iglesias.

El covid, un “tsunami"

Estos cinco sanitarios viven en primera persona las consecuencias de esta pandemia y no solo desde la perspectiva de un hospital. Novoa tuvo que sufrir una pérdida familiar a causa del covid en un brote. "Angustia" es la palabra que utilizar para definir la emoción que impera por culpa de la pandemia, la misma que emplea Iglesias. "Esto fue un tsunami que no sabemos ni de donde nos vino", recuerda Novoa. 

Urgencias, donde trabaja este profesional, es la puerta de entrada para los pacientes contagiados que entran en el hospital sin saber cómo acabará todo. "Es una enfermedad que trae consigo mucha impotencia y, si te toca, es terrible", resalta. Dejar a un familiar en el hospital, sin poder verlo, es lo más complicado para él. "Es una angustia triple porque la siente el paciente, sus parientes y los profesionales", expresa.

Iglesias aún recuerda el carnaval de 2020, cuando muchos decidieron disfrazarse con temáticas del coronavirus: "No sabían la que se nos iba a venir encima unas semanas después". El mes de marzo supuso para él y sus compañeros acudir a las residencias mayores con brotes, como en el caso de la San Carlos de Celanova, pero también meses después en Os Gozos, además de acudir a los domicilios de los pacientes con el riesgo que conlleva. "No sabemos que lo que nos vamos a encontrar y, de hecho, yo me contagié", cuenta.

Con estas visitas, los profesionales de hospitalización a domicilio aprecian las primeras consecuencias de la pandemia. "A la gente mayor la vemos muy deteriorada cognitiva y físicamente. Es algo brutal y no se aprecia en la calle", comenta. Para cuando termine la pandemia, augura un aluvión de pacientes "que empezarán a llenar hospitales con cosas que se pudieron resolver antes y no fue posible por esta situación". Espera que tras la pandemia se aprenda y se cree un nuevo modelo sanitario y social.

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