Gran parte de parques y jardines de Ourense se encuentran en mal estado, situación derivada del uso y, sobre todo, de la falta de mantenimiento y del vandalismo. El Concello trabaja en su recuperación.
Verde que te quiero verde. El "Romance Sonámbulo" de García Lorca pudo haber sido escrito en los parques del centro de Ourense en los últimos días. Pero solo en los más céntricos. Si bien es cierto que el parque de San Lázaro o el de las Mercedes están como los chorros del oro, los hay que requieren de un poco de "chapa y pintura".
El parque Barbaña, el de Avilés de Taramancos (bajo el puente de Ervedelo), el área recreativa del parque Miño o el del parque das aventuras (situado junto a la rotonda de acceso al centro de la ciudad, en O Couto) son algunas de las zonas verdes más descuidadas de la ciudad. Bancos inhabilitados para su uso, columpios en mal estado, zonas de agua estancada, fuentes sin agua, muros grafiteados o césped y arbustos descuidados son los principales problemas que presentan estos puntos de encuentro de niños y no tan niños.
Parece que el mal estado sumado a las quejas de los ourensanos han despertado las intenciones del Concello. El edil responsable, José Araújo, explica que "devolver la vida" a estas zonas es "lo que llevo haciendo desde el minuto cero". Desde la Concellería de Medio Ambiente, Parques y Jardines reconocen haber iniciado un "plan de choque porque nos encontramos los parques en una situación lamentable". Así, tareas que comenzaron por desbrozar maleza en los parques situados en las márgenes del Miño, hoy continúan con la sustitución de mobiliario y regeneración de plantas en los demás espacios verdes.
La puesta a punto está prevista para mediados de agosto, "teniendo en cuenta que son seres vivos y que simultáneamente nunca podrá estar todo perfecto", añade Araújo, quien atribuye el mal estado de los parques principalmente al vandalismo, "que hace un daño terrible". El uso y la "escasa atención" del anterior gobierno, asegura el concelleiro, "también influyen".
En todo caso, que los parques sean parques. Nunca se sabe cuándo un escritor podrá sentarse en uno de sus bancos e inspirarse para un gran clásico de la literatura.
El abandono del parque das aventuras
Quizás sea de los parques más deteriorados de Ourense, sino el que más. La maleza y la hierba seca rodean la zona de recreativos, acumulando también grandes cantidades de residuos inorgánicos, como latas de refrescos o envases de aperitivos. El mobiliario, roto y pintado, desata las quejas de sus usuarios.
Mobiliario inalcanzable a los usuarios
El parque de San Lázaro no es el único invadido por las polémicas terrazas de bares y cafeterías, pero el más céntrico es el más afectado. Papeleras y bancos quedan inhabilitados y escondidos por la instalación de estas zonas de ocio. Han sido muchos los ourensanos que se han quejado al respecto.
Acciones vandálicas en la Alameda
Pese a ser uno de los más céntricos, también concurridos, la Alameda de la ciudad tampoco se libra del vandalismo. Pocos son los cristales que conforman la barandilla de cercado que no están rotos o agrietados. El verdín que se forma en las piedras o el mal estado de las zonas de paso son otros de las debilidades que presenta la Alameda.
Desperfectos en un icono de la ciudad
El mítico palco de la música de la Alameda ha sido también víctima del vandalismo. La práctica del "botellón" en este área durante los fines de semana, más concurrido en verano, se salda con consecuencias como ésta. La estatua situada al fondo del parque es también otro elemento de los afectados.
El uso se deja notar en el parque del Miño
No todos los desperfectos se pueden atribuir al vandalismo. El caucho que cubre la zona recreativa del parque Miño, por ejemplo, está notablemente desgastado al pie de todos los columpios del área. El arenero de este parque es también uno de sus puntos más débiles, ocasionado por el uso de los más pequeños.
Falta de riego en el parque Barbaña
En periodos de altas temperaturas, como la actual, la vegetación de los parques de la ciudad requiere de más cuidados, especialmente agua. A pesar del sistema de riego automático, hay zonas en las que el agua es escasa. Vecinos y usuarios dedican parte de su tiempo libre a mantener "su parque" en las mejores condiciones posibles.
