Las estrecheces de personal en la Policía Local volvieron a evidenciarse en la mañana de ayer. La práctica totalidad de la dotación-seis agentes- estuvo acaparada por la procesión de San Roque, tanto para portar al santo como para regular el tráfico rodado.
Mañana de devoción la de ayer en el casco viejo de la ciudad, donde a las 11,30 horas partía de la puerta norte de la Catedral la imagen de San Roque camino de la iglesia de Santa Eufemia en su tradicional procesión. El recorrido congregó prácticamente a la totalidad de la dotación de la Policía Local, seis agentes -a los que habría que añadir el responsable de la centralita y el jefe de servicio, que permanecieron en jefatura-. Cuatro de los agentes portaban la imagen, mientras otros dos se ocupaban de controlar el tráfico.
Para este servicio se pidieron voluntarios, pero no se consiguieron, debido a las fechas en que coincidía, a mediados de agosto y con la coincidencia de varias fiestas en esta misma jornada. Esto obligó a que se hicieran cargo del servicio los agentes del retén dominical y no hubiera Policía Local para otros posibles servicios durante el tiempo que duró el recorrido.
El canónigo archivero de la Catedral, Miguel Ángel González, y el deán del templo, José Antonio Gil Sousa, junto con la representación de los grupos políticos en el Concello, encabezaron el recorrido hasta la iglesia de Santa Eufemia, seguidos de decenas de fieles. Los concejales del PP José Araujo, Belén Iglesias, Isabel Castelo y Flora Moure arropaban al alcalde, Jesús Vázquez, junto con las ediles del PSOE Juana Ageitos y Concepción García, y el edil de Democracia Ourensana Domingo Castro, con la única ausencia de Ourense en Común.
El Himno del Antiguo Reino de Galicia y una Marcha Procesional marcaron el paso de un recorrido que hacía parada en el templo de Santa Eufemia, donde el canónigo de la Catedral recordaba la razón de esta procesión: "Ourense tiene devoción a San Roque desde el siglo XVII, cuando se vio libre de una peste que asolaba la península y desde entonces los representantes de la ciudad decidieron sacar en procesión a la imagen del santo en una devota procesión". Un recorrido que en aquellos primeros tiempos cubría el espacio entre la Catedral y el antiguo Hospital de San Roque, edificio que ahora está ocupado por el servicio de Correos. Con el tiempo, la procesión se circunscribiría al actual recorrido entre el templo catedralicio y Santa Eufemia, para retomar la marcha, tras una breve oración, atravesando la Praza Maior hasta regresar a la Santa Iglesia Catedral.
No faltaron los numerosos fieles que acompañaron al santo, algunos de ellos con sus mascotas, pues, entre otras cosas, San Roque es precisamente el santo protector de los perros.
