Los detenidos por tráfico de drogas en la provincia podrían aportar pistas que permitan identificar a los tres encapuchados que asaltaron el miércoles al empresario de O Couto. Con esta hipótesis trabaja la Policía, que sospecha que los atracadores se equivocaron de domicilio y venían buscando un alijo de droga. Los agentes ya interrogaron a cinco narcotraficantes en los últimos días. Mientras, grupos encapuchados perpetraron 78 asaltos en los últimos 10 años en la provincia, la mayoría en gasolineras y viviendas.
La Policía Nacional busca entre los detenidos por tráfico de drogas en los últimos dos años pistas que permitan identificar a los tres hombres encapuchados que asaltaron a las ocho de la mañana del pasado miércoles al empresario de O Couto Alfonso Estévez, cuando abandonaba su domicilio.
Los atracadores irrumpieron en la vivienda preguntando dónde estaba la droga y la Policía Nacional, una vez analizadas todas las pruebas recogidas en el inmueble, sospecha ahora que se equivocaron de domicilio y que realmente venían buscando el dinero de la venta de un alijo de droga, apuntaron fuentes de la investigación.
Los agentes interrogaron en los últimos días a cinco ourensanos detenidos por tráfico de drogas por si tenían conocimiento de posibles entradas de sustancias estupefacientes en la ciudad. Y no serán los únicos, dado que los investigadores tienen previsto continuar con las declaraciones hasta encontrar alguna pista. En este tipo de investigaciones hay que ser paciente, añadieron en la Comisaría.
Los encapuchados sustrajeron un botín de 15.000 euros, 3.500 en efectivo y el resto en joyas y objetos de valor. La Policía Nacional se mostraba ayer satisfecha con la investigación y confiada en detener a los autores.
Por otro lado, grupos de encapuchadas perpetraron 78 asaltos en los últimos 10 años en negocios y casas ourensanas. De ellos, en tan sólo 12 atracos fueron detenidos los autores. La mayoría de los asaltantes se desplazan desde otras provincias y eso dificulta la investigación, afirmaron en la Comisaría.
Entre los años 1998 y el 2004, las estaciones de servicio y las entidades bancarias eran su principal objetivo, pero las medidas de seguridad que instalaron estos negocios en los últimos cinco años para evitar los robos, desviaron los atracadores hacia las viviendas, sobre tode de personas con alto poder adquisitivo.
Los atracos resurgen de forma periódica en el medio rural
Los encapuchados atemorizaron a mediados de los años 80 al medio rural, sobre todo a las personas mayores que residían solas. Una banda perpetró 12 asaltos antes de que sus miembros fueran detenidos por la Guardia Civil. Los robos por parte de encapuchados disminuyeron a los años 90, para aumentar nada más comenzar el 2000. Antes del empresario de O Couto, fue asaltado, el 20 de febrero del 2009, el pizarrista, Manuel Fernández, en su chalé de O Barco y las fuerzas de seguridad aún no lograron detener a los autores. No fueron los únicos, durante el 2008, una banda tenía atemorizados a los vecinos de Santa Cruz de Arrabaldo y el Club Tenis Ramirás. A principio de año, los encapuchados resurgían de nuevo en el medio rural, protagonizando robos en Baños de Molgas, Xinzo, Vilamarín y Montederramo.
Josefa Rodríguez Salgado es una vecina de Xinzo que fue asaltada por encapuchados en el 2007 cuando dormía en su vivienda. Me robaron 300 euros. El susto fue muy grande y aún me cuesta dormir, cualquier ruido me despierta. Le dije que llevaran el dinero y le rogé todo el tiempo que no me mataran, asegura.
Los atracadores irrumpieron en la vivienda preguntando dónde estaba la droga y la Policía Nacional, una vez analizadas todas las pruebas recogidas en el inmueble, sospecha ahora que se equivocaron de domicilio y que realmente venían buscando el dinero de la venta de un alijo de droga, apuntaron fuentes de la investigación.
Los agentes interrogaron en los últimos días a cinco ourensanos detenidos por tráfico de drogas por si tenían conocimiento de posibles entradas de sustancias estupefacientes en la ciudad. Y no serán los únicos, dado que los investigadores tienen previsto continuar con las declaraciones hasta encontrar alguna pista. En este tipo de investigaciones hay que ser paciente, añadieron en la Comisaría.
Los encapuchados sustrajeron un botín de 15.000 euros, 3.500 en efectivo y el resto en joyas y objetos de valor. La Policía Nacional se mostraba ayer satisfecha con la investigación y confiada en detener a los autores.
Por otro lado, grupos de encapuchadas perpetraron 78 asaltos en los últimos 10 años en negocios y casas ourensanas. De ellos, en tan sólo 12 atracos fueron detenidos los autores. La mayoría de los asaltantes se desplazan desde otras provincias y eso dificulta la investigación, afirmaron en la Comisaría.
Entre los años 1998 y el 2004, las estaciones de servicio y las entidades bancarias eran su principal objetivo, pero las medidas de seguridad que instalaron estos negocios en los últimos cinco años para evitar los robos, desviaron los atracadores hacia las viviendas, sobre tode de personas con alto poder adquisitivo.
Los atracos resurgen de forma periódica en el medio rural
Los encapuchados atemorizaron a mediados de los años 80 al medio rural, sobre todo a las personas mayores que residían solas. Una banda perpetró 12 asaltos antes de que sus miembros fueran detenidos por la Guardia Civil. Los robos por parte de encapuchados disminuyeron a los años 90, para aumentar nada más comenzar el 2000. Antes del empresario de O Couto, fue asaltado, el 20 de febrero del 2009, el pizarrista, Manuel Fernández, en su chalé de O Barco y las fuerzas de seguridad aún no lograron detener a los autores. No fueron los únicos, durante el 2008, una banda tenía atemorizados a los vecinos de Santa Cruz de Arrabaldo y el Club Tenis Ramirás. A principio de año, los encapuchados resurgían de nuevo en el medio rural, protagonizando robos en Baños de Molgas, Xinzo, Vilamarín y Montederramo.
Josefa Rodríguez Salgado es una vecina de Xinzo que fue asaltada por encapuchados en el 2007 cuando dormía en su vivienda. Me robaron 300 euros. El susto fue muy grande y aún me cuesta dormir, cualquier ruido me despierta. Le dije que llevaran el dinero y le rogé todo el tiempo que no me mataran, asegura.
