Los dos técnicos, oriundos de Boborás, aseguraron a su familia que ‘no habían sido maltratados’

La Policía de Venezuela libera a los ingenieros secuestrados tras abatir a uno de los raptores

Las fuerzas de seguridad de Venezuela liberaron el lunes a los dos ingenieros oriundos de Boborás, Francisco Lorenzo de la Torre y su sobrino José Luis Lorenzo Abate, tras enfrentarse a tiros en dos ocasiones con los secuestradores. En el primero de los tiroteos falleció uno de los raptores, Marco Fidel Guachapa Hernández, de Colombia, y otro resultó herido. Los dos técnicos, que fueron secuestrados el pasado 6 de marzo, aseguraron a su familia que estaban bien y que en ningún momento habían sido maltratados.
Los dos ingenieros oriundos de Pazos de Arenterio (Boborás) secuestrados hace un mes en Venezuela, Francisco Antonio Lorenzo, de 37 años, y su sobrino, José Luis Lorenzo Abate, de 30, fueron liberados a las cinco de la madrugada del lunes (once de la mañana hora española) por las fuerzas de seguridad venezolanas después de dos intensos tiroteos con los secuestradores, en los que uno de ellos, Marco Fidel Guachapa Hernández, de 38 años, natural de Colombia, resultó muerto al ser alcanzado por uno de los disparos y otro, José Gabriel Bodillo Vivas, de 20 años, natural de Venezuela, resultó herido en un brazo y el abdomen.

Los policías capturaron durante el enfrentamiento a un tercero secuestrador, Ricardo Contreras Torres, de 42 años, con domicilio en Venezuela.

La liberación comenzó en la noche del sábado después de que los agentes, según explicó el teniente coronel de la Guardia Nacional Bolivariana, Jesús Salazar, localizaran el lugar en que estaban siendo retenidos los dos ingenieros. ‘Intentamos liberarlos, pero los captores opusieron resistencia y, tras un intenso tiroteo, se internaron en la selva, llevándose a las dos víctimas’, añadió.

El escenario del tirotero fue una zona boscosa conocida como ‘El Potrerio’ y ‘El Topón’, en el municipio Independencia, dentro del estado de Táchira. A primera hora del domingo, los agentes ‘peinaron’ la zona con la intención de localizar a los secuestradores y se encontraron con que uno de ellos, Marco Felipe Guapacha, había sido alcanzado por uno de los disparos y estaba muerto.

Sus compañeros, según el teniente coronel Jesús Salazar, estaban vigilando los movimientos de los agentes y, a escasa distancia del lugar en que se registró el primero de los tiroteos, abrieron fuego de nuevo contra los policías, que lograron capturar a otro de ellos, Ricardo Contreras, y dejar herido a un tercero, José Gabriel Bodillo. ‘El resto se volvió a escapar aprovechando la densa arboleda’, apuntó el teniente coronel.

Al dispositivo de la Guardia Nacional se sumaron varias patrullas del Grupo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, además de voluntarios de Protección Civil y juntos estrecharon el cerco sobre los secuestradores, que, en la madrugada del lunes, optaron por huir y dejar en libertad a los dos ingenieros. ‘Con los dos datos que tenemos están identificados y pronto serán detenidos’, dijo Jesús Salazar.

Pistolas, teléfonos, libros y comida no perecedera

Los dos ingenieros estuvieron retenidos en una especie de cabaña construida con placas de zinc y plástico. La Policía encontró en el interior una litera en la que dormían los dos técnicos, mientras sus raptores vigilaban en el exterior. El habitáculo estaba en una zona boscosa con difícil acceso y los secuestradores lo abandonaron dejando incluso ropa tendida en el exterior.

Los agentes hallaron en su interior dos pistolas, una de la marca Walter y otra Browing, además de varios teléfonos móviles, libros y comida no perecedera, como pasta, arroz y latas de conservas y documentación, que está siendo analizada por la Policía con el objetivo de esclarecer otros secuestros registrados en el estado de Táchira, situado en la frontera con Colombia.

Están bien, aunque ‘muy impresionados’

La noticia de la liberación de los dos ingenieros llegó a Pazos de Arenteiro (Boborás), donde reside parte de su familia, en la noche del lunes. ‘Nos avisaron de que los habían dejado libres y que estaban bien. Estoy muy contento porque no merecen pasar por esto, que les hicieran daño’, explicaba un primo de los ingenieros, Ángel Felgueiras.

Los padres de los dos técnicos emigraron a Venezuela en la década de los años cincuenta. La familia, además de la fabrica ‘Plastifan’, regenta el hotel restaurante ‘Castillo de la Fantasía’, situado en San Cristobál (Táchira), a 840 kilómetros de Caracas. Los familiares se mostraban ayer satisfechos por su liberación y aseguraban que estaban bien de salud, aunque impresionados por lo sucedido, y que los secuestradores en ningún momento los habían maltratado. La familia participó el lunes en una misa en una iglesia de San Cristobál para dar gracias por la liberación y apoyos recibidos.

Los dos ingenieros tienen previsto comparecer públicamente para relatar su experiencia.







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