Portugal informa a pie de autovía de cómo pagar los nuevos peajes

Los turistas que circulen a partir de ahora por las antiguas Scuts (antiguas autovías gratuitas y ahora con peaje) portuguesas podrán contar con el apoyo de los empleados que Estradas de Portugal ha colocado en sendos puntos en la N-13 en la salida de Vilanova de Cerveira, a escasos kilómetros de la frontera de Tui, y en la entrada a la A-24, en las proximidades de Chaves, ya en la 'raia' ourensana, donde confluye esta vía de alta capacidad con la autovía gratuita de Verín a Feces de Abaixo.
El objetivo de estos puntos denominados 'wellcome' ('bienvenidos' en inglés) es informar sobre los diferentes sistemas de pago de las autovías así como facilitar el pago de los peajes. Además de este apoyo logístico, el gobierno del país vecino ha puesto en marcha dos nuevos sistemas de pago de los peajes para los extranjeros, ya que la fórmula empleada hasta el momento había generado numerosas críticas de usuarios y empresarios del transporte y el turismo.


LOS MECANISMOS

De los dos nuevos sistemas puestos en marcha el lunes en todas las autovías , el 'EasyToll' permite a los usuarios asociar una tarjeta de crédito a la matrícula del vehículo extranjero durante un mes y, cada vez que la detecten los arcos electrónicos de los peajes, se descontará de ella el importe correspondiente.

El otro procedimiento, 'Toll Card', una tarjeta precargada con cantidades de cinco a 40 euros y a la venta en estaciones de servicio y oficinas de correos, incluye un número que hace la misma función de la tarjeta de crédito, pero se activa y asocia a la matrícula por teléfono, con un SMS.

Las máquinas para realizar los dos tipos de pago y los empleados para explicarlo han sido situados desde el lunes en las autopistas lusas fronterizas con España, siendo en un primer momento cuatro los puntos elegidos, dos de ellos en las fronteras gallegas de Tui y Verín, mientras que lo otros dos se ecnuentran uno en Vilar de Formoso, fronterizo con Ciudad Rodrigo, en la provincia de Salamanca, y un cuarto en la A-22, en el Algarve.

Portugal ya ofrecía a los extranjeros la posibilidad de alquilar o comprar los dispositivos electrónicos de pago para circular por las antiguas Scuts. Las complicaciones y gastos que suponía el sistema, próximo a unos 50 euros para el usuario, levantaron muchas críticas entre automovilistas y asociaciones de municipios y transportistas.

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