PP y PSOE, en fase turbulenta

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photo_camera Jesús Vázquez (izquierda) y Rafael Rodríguez Villarino (derecha).
Los dos principales partidos de la ciudad se enfrentarán en los próximos meses a la renovación de sus direcciones locales, procesos que se prevén agitados por la inestabilidad en la que ambas formaciones están envueltas desde hace tiempo.

En clave política, el nuevo curso permitirá, al no haber procesos electorales  a la vista, renovar sus organigramas para afrontar la cuenta atrás hacia las elecciones Municipales y Generales que se celebrarán en 2023. Especialmente movida se prevén los cónclaves que celebren en la ciudad los dos principales partidos, PP y PSOE, que afrontan en una fase de turbulencias este proceso.

Los últimos comicios locales dejaron al PP en su suelo histórico y al exalcalde y actual presidente de la junta local, Jesús Vázquez, sin futuro, por lo que nadie cuenta con que presente batalla para seguir al frente del partido. La división en los populares es conocida, algo que se ha evidenciado con las posturas sobre el pacto con Democracia Ourensana y Gonzalo Pérez Jácome, que el exregidor aceptó a regañadientes en 2019 y que, ahora, tras la reconciliación, le ha hecho desaparecer definitivamente de la vida municipal, manifestando públicamente críticas a Jácome. La lucha por el liderazgo entre los fieles a Vázquez y los afines a la dirección provincial se prevé intensa.

En la otra orilla, el PSOE afrontará también, previsiblemente en primavera, la elección de su dirección local, de la que carece desde hace casi dos años después de la dimisión de más de la mitad de la ejecutiva y la constitución de una gestora, que pese a su carácter provisional se ha alargado con la excusa de la pandemia. Esta interinidad ha levantado ampollas en buena parte de la militancia de la ciudad, que ven detrás una maniobra de las direcciones autonómica y provincial para mantener el control del partido.

Todo apunta, por tanto, a que habrá pelea entre los próximos al secretario provincial, Rafael Villarino, y la corriente antes conocida como “paquista”, con caras visibles como la de la número dos en el Concello, Natalia González. Todo ello, al igual que sucede con el PP, para encontrar un rumbo firme que les permita afrontar una cita clave como las Municipales de 2023, en las que la lucha por la Alcaldía de Ourense se presume a cara de perro.

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