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Preocupación por la muerte de dos vacas en Vilamarín tras el paso del jabalí

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photo_camera Terreno destrozado por el jabalí en Vilamarín, donde pastan las vacas de Josefa.
Las reses de Vilamarín ingirieron hierba de una finca destrozada por el animal y murieron contaminadas

Josefa Cerviño está desolada. Es una de las pocas personas que todavía se dedica al a ganadería en Vilamarín, a sus 60 años, pero los jabalíes solo le dan quebraderos de cabeza. En primavera, una vaca joven –de cinco años– murió en extrañas circunstancias. Esta misma semana, ocurría lo mismo con otra res, de edad más avanzada –unos 10 años–. La sorpresa llegó cuando el veterinario diagnosticó "muerte previsiblemente por contaminación de tierra en el silo por cosechar la hierba tras los ataques del jabalí a los prados". 

Donde el jabalí revuelve la tierra, "sae herba de todo tipo menos boa", cuenta Josefa, visiblemente preocupada. Según explican desde Unións Agrarias, el jabalí levanta los terrenos y tras segar la hierba y almacenarla en el silo, donde se generan una serie de reacciones químicas anaeróbicas, se puede producir una contaminación que a las vacas les puede costar la vida. 

"Empezamos pinchando, porque a vaca estaba inchada, e o veterinario decidiu abrila para confirmar. É moi grave, é un desastre total", explica la dueña. Esto ha encendido las alarmas, ya que una muerte por contaminación del cerdo salvaje no es algo que se vea todos los días.  Aunque cada vez hay más jabalí. "Ardeu todo arredor, e entón veñen aquí", explica Cerviño. 

Ahora, todo es incertidumbre para Josefa, que tiene 50 reses. "Non sabemos que facer, ademais agora non sabemos se o resto de vacas poden estar afectadas, aínda que agora vense ben", explica la propietaria de las reses, que relata cómo el veterinario tuvo que abrir a la vaca para llegar a la conclusión de que murió contaminada. 


Sin alternativa


"Non podemos pechar todas as fincas, son 100 e de xente que nolas cede, sería un custe muy grande", apunta Josefa. Alza la voz para pedir que los cazadores se impliquen, aunque cada vez hai menos. "Non queren vir cazar", lamenta la propietaria de esta explotación en el núcleo de Orbán. 

Durante los últimos tres días,  han alquilado maquinaria a los terrenos que ha destrozado el jabalí para triturar las fincas en las que pastaron las vacas, y procederán a resembrar algunas de ellas. "Este animal só trae problemas, foza nas fincas, trae infeccións e entra nas aldeas. Téñeno que controlar, se tanto se aposta polo rural, haino que facer, porque isto descontrolouse". 

Ahora, la propietaria está desmotivada. Dice que el jabalí acaba con todo. "Teño fillso e non se poden dedicar a isto. E fixemos unha inversión moi forte, e agora ter que abandonar sería dura", relata Cerviño. 

Desde UU.AA. señalan que esto "non é habitual", y advierten de que cosas como esta "van empezar a pasar" dentro del escenario de superpoblación de suidos. 


Una zona complicada


El alcalde de Vilamarín, Amador Vázquez, reconoce la preocupación en la zona. "Cada vez hai máis, hai uns días vimos oito pequenos, e cando sexan grandes van dar problemas...", al igual que su homólogo de APeroxa, Manuel Seoane: "Non houbo una casa que non se queixase dos danos polo xabarín e que non lles comesen as patacas". Aún así, el regidor valora que la Xunta "mostra preocupación en resolver o problema". 

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