El presidente de los empresarios del Polígono San Cibrao, en contra del conformismo de los ourensanos

La Asociación de Empresarios Polígono San Cibrao celebró este viernes, como todos los años su Asamblea General, que en esta ocasión culmina con un buen ciclo a efectos de gestión y de avances en algunos de los proyectos estratégicos incorporados por su Plan Director.

Su presidente, José Antonio Rodríguez Araújo, se refirió a algunos de estos proyectos como el aparcamiento de camiones anunciado hace un año y que ya está acabado, así como también la ampliación del Polígono, de la que siguen completando trámites, el Centro de Ciberseguridad, la extensión del sistema de videovigilancia con 9 cámaras más, o la reforma de la subestación eléctrica, que estaba ocasionando graves problemas a algunas empresas.

Rodríguez Araújo también quiso recordar el anuncio por parte del presidente de la Xunta de la creación de una Ciudad Deportiva dentro del área empresarial, la luz verde al trazado del tramo entre Benposta y la N-525, proporcionando un nuevo acceso al Polígono. También recogió en su informe los tímidos avances en la implantación del transporte metropolitano, para el cual la Asociación ya ha hecho propuestas de paradas, horarios y frecuencias.

Tras estos proyectos, el presidente de la Asociación aseguró que "tenemos motivos para estar satisfechos", en cuanto al balance de la gestión que presentó, añadiendo a continuación que "no seríamos del todo honestos si no reconociésemos también cierta frustración por la escasez de bueyes para tirar de este carro que es Ourense”.

“Ocurre como si nos hubiésemos acostumbrado a que las cosas buenas lleguen tarde (cuando llegan) … o a que no lleguen nunca. Es como si nos hubiésemos habituado a que como provincia no nos vaya del todo mal, pero tampoco lo bien que debiera”, añadía Rodríguez Araújo.

También quiso contraponer los "innumerables" casos de éxito tanto "personales como empresariales" que existen en la provincia de Ourense, y particularmente en el Polígono, con una sociedad ourensana que, dice, parece haberse contagiado de un estado general de aparía y que funciona de forma diferente a como lo hizo en otros momentos históricos. "A la hora de empujar y pelar por lo que es de todos y para todos”.

Para ilustrar sus palabras Rodríguez Araújo quiso citar tres ejemplos: "aquel Ourense que en 1975 impidió la construcción de una celulosa en el Miño, por ejemplo, o el que en 1988 peleó unido y con garra por un Campus de Ourense que nadie nos quería conceder”. “Hemos hecho de la paciencia, del conformismo, una seña de identidad, de modo que no nos cansamos nunca, ni siquiera de esperar por lo que es justo, merecido y necesario”, reflexionó.

También quiso poner ejemplos del conformismo con el que definió a la sociedad de Ourense. “Sufrimos retrasos intolerables a veces, como por ejemplo con la ampliación de la depuradora; o indiferencia y desdén otras, cuando por ejemplo planteamos proyectos como la Estación de Mercancías, que es una infraestructura estratégica y lógica, pues dónde están sino las mercancías más que aquí. No solo para el Polígono, que por supuesto, sino también para la provincia y para la ciudad, pues permitiría liberar miles de metros cuadrados para uso público en A Ponte”.

El presidente de los empresarios del Polígono cerró su informe explicando los motivos de su reflexión, incidiendo en que también quería ser autocrítica como parte de la sociedad que es el mundo de la empresa: “quienes ocupamos puestos de representación, en ocasiones tenemos la obligación de reflexionar en voz alta”, pero también apelando a la importancia de la unidad de acción entre el empresariado de la provincia.

“Si, pese a todo, hoy podemos hacer un balance razonablemente positivo de este último año para la Asociación, es porque hemos trabajado con intensidad, pero, sobre todo, desde la unidad. Nos quedan cosas pendientes, siempre quedarán, pero las más importantes están casi todas iniciadas y confío en que podamos verlas materializadas en los dos años que nos restan para concluir este mandato”. Una unidad de acción que confía se traslade al resto de la sociedad.