Familiares de los más de 300 escolares de Infantil y Primaria del CEIP Amadeo Barroso de Ourense han salido esta mañana a la calle para protestar por los continuos fallos en el sistema de calefacción del centro, lo que ha derivado en la presentación de numerosas quejas por parte de los padres ante Educación.
Cubiertos con bufandas, guantes y mantas, en representación del frío que pasan los menores en el centro, decenas de personas se sumaron a la concentración convocada por la asociación de padres y madres delante de las puertas del colegio, coincidiendo con la hora de entrada de los alumnos.
Esta situación comenzaba el mismo día de la apertura del centro hace dos años, lo que obligó incluso el año pasado a cambiar el sistema anterior de biomasa por otro de gasóleo, con cargo a la Xunta por un coste de 3.808.727 euros.
Pasado el tiempo, declaran que el problema no se ha arreglado, por lo que exigen una solución.
'Los niños siguen diciendo a los padres que pasan frío', una situación que no es nueva, explica uno de los afectados, Felipe Gayoso, quien asegura que ya ha habido casos en los que han llegado pequeños a casa 'con 40 de fiebre'.
Ante el temor de que ahora se inicie 'una guerra de termómetros', con la llegada de técnicos para registrar la temperatura, este padre advirtió de que 'no se trata de que ahora venga ahora un técnico con termómetro' y advirtió de que 'si los niños protestan es porque algo va mal'.
A este respecto, el delegado territorial de la Xunta, Rogelio Martínez, reconoció ayer en rueda de prensa 'un grave problema' en el sistema de calefacción, debido a que 'las instalaciones no están dando la efectividad que se precisaba para alcanzar la temperatura idónea de los niños'.
Realizados diferentes estudios, Martínez indicó que ahora 'están estudiando alternativas para mejorar esa calefacción' y 'viendo con los técnicos que se puede hacer'.
A la espera de una solución, los padres reclaman una 'alternativa' para evitar que el proceso se dilate en el tiempo y ya advierten que continuarán con nuevas protestas hasta que la Xunta encuentre una solución.
Esta situación comenzaba el mismo día de la apertura del centro hace dos años, lo que obligó incluso el año pasado a cambiar el sistema anterior de biomasa por otro de gasóleo, con cargo a la Xunta por un coste de 3.808.727 euros.
Pasado el tiempo, declaran que el problema no se ha arreglado, por lo que exigen una solución.
'Los niños siguen diciendo a los padres que pasan frío', una situación que no es nueva, explica uno de los afectados, Felipe Gayoso, quien asegura que ya ha habido casos en los que han llegado pequeños a casa 'con 40 de fiebre'.
Ante el temor de que ahora se inicie 'una guerra de termómetros', con la llegada de técnicos para registrar la temperatura, este padre advirtió de que 'no se trata de que ahora venga ahora un técnico con termómetro' y advirtió de que 'si los niños protestan es porque algo va mal'.
A este respecto, el delegado territorial de la Xunta, Rogelio Martínez, reconoció ayer en rueda de prensa 'un grave problema' en el sistema de calefacción, debido a que 'las instalaciones no están dando la efectividad que se precisaba para alcanzar la temperatura idónea de los niños'.
Realizados diferentes estudios, Martínez indicó que ahora 'están estudiando alternativas para mejorar esa calefacción' y 'viendo con los técnicos que se puede hacer'.
A la espera de una solución, los padres reclaman una 'alternativa' para evitar que el proceso se dilate en el tiempo y ya advierten que continuarán con nuevas protestas hasta que la Xunta encuentre una solución.
