En el acuerdo entre el BNG y PSOE no se incluyó la culminación de las infraestructuras que mayor inversión deberían acaparar en la provincia. Una de ellas, por ejemplo, la circunvalación norte, cuyas obras llevan paralizadas más de un año sin avances notables, a pesar de que este año tenía reservados 8,9 millones de euros en las cuentas estatales. La inversión que requiere en total asciende hasta los 29,3 millones de euros.
Es uno de los proyectos ourensanos que se encuentran en el limbo, pero que todavía no han recibido un impulso decidido. Están pendientes de construcción autovías como la A-56, que debería conectar la ciudad con Lugo. También la A-76, cuya concepción original era comunicar Ponferrada y Ourense a través de Valdeorras y Monforte. Actualmente, su tramitación está estancada y el Gobierno prioriza los tramos que enlazan O Barco con El Bierzo: el papeleo en el resto de tramos apenas ha avanzado, excepto la circunvalación de Monforte.
La finalización de la variante exterior es, quizá, la mayor inversión en infraestructuras pendiente. Su coste total asciende hasta los 500 millones de euros, pero solo están en construcción los ocho primeros kilómetros. Los nueve restantes entre Seixalbo y la estación intermodal, los más complejos de la infraestructura, todavía viven en el papel. La estación intermodal parece más encarrilada, aunque su tramitación experimenta nuevos retrasos tras tener que salir a licitación por segunda vez. No estará lista hasta 2030 en el plazo más optimista Su construcción requerirá de una inversión superior a 135 millones de euros.
El saneamiento integral del Barbaña es otra de las inversiones congeladas en el territorio ourensano. Con una suma de 30 millones de euros, todavía no ha salido a licitación pese a que, de no hacerlo este año, podría perder los fondos europeos.
