Nada tienen que envidiar los pueblos de Ourense a la ciudad: "Inauguramos un día antes que Caballero"

La aldea de A Mioteira, en San Cibrao das Viñas, inició hace años una tradición con la que consiguió convertirse en una parada más en Ourense para los amantes de la Navidad.

El bum de la Navidad, que iniciaron ciudades como Vigo o concursos como el que acaba de ganar Ribadavia, ha llegado también a pequeñas aldeas y pueblos de la provincia que, gracias al trabajo y financiación de los vecinos, consiguen una iluminación y decorado que nada tiene que envidiar a la de las urbes. Estos son algunos ejemplos.

Barrio, decoración artesanal

La pandemia que nos recluyó en casa permitió disponer de más tiempo para dedicar a la decoración navideña del hogar, que con el levantamiento progresivo de las medidas restrictivas, se fue extendiendo a las calles de aldeas y barrios. Hasta el día de hoy. Este es el caso de Barrio, en el concello de Vilamarín.

"Empezamos en pandemia con el árbol gigante, pero es la primera vez que lo hacemos a este nivel", se refiere Alba Silva, vecina del pueblo, sobre el alumbrado navideño que se ve desde la carretera según entras en Barrio.

"Lo hacemos todo manual. Los árboles se construyeron con las guarniciones de las puertas que una vecina cambió en su casa. También la colocación es artesanal: mientras en Ourense y Vigo usan grúas, aquí lo hacemos todo con las manos, atando un hilo con las luces a una piedra y lanzando entre los espacios donde queríamos adornar", explica Alba.

Las luces se encendieron el pasado día cinco de diciembre y el próximo 22 de diciembre habrá una chocolatada que, aunque en un principio era solo para los vecinos, visto el éxito de esta iniciativa esperan a personas llegadas de otros puntos del concello. "Empezó siendo una tontería, y se está desmadrando", comenta Alba entre risas. "Pero todos los vecinos están felices, eso es lo importante".

Un espíritu navideño que se contagia en Sequeiros

"Traballamos durante un mes todas as tardes, fixemos ata un túnel na entrada", cuenta Yolanda González sobre su decoración navideña, que llama la atención de visitantes y vecinos. Junto a su marido, Carlos Díaz, trabajaron durante un mes para inaugurar el pasado 15 de noviembre, "un día antes que Abel Caballero", su particular Navidad en la aldea de Sequeiros, en el concello de Coles.

Este era un pueblo en el que, recuerda, no había mucha tradición navideña. "Nunca se decoraba, pero viron como decoramos o ano pasado e este ano animáronse todos". Pero para Yolanda no se trata solo de un elemento decorativo, sino que "da alegría a todos". La iluminación se complementa con música navideña durante las noches.

La Navidad suena a tope en Sobrado

También la música suena desde el pasado 20 de noviembre en otro punto del concello de Coles. Los habitantes de Sobrado, en Barra de Miño, le dan al play de 19 a 21 horas a música y villancicos que, junto con la iluminación, sumerge a vecinos y visitantes en una auténtica experiencia navideña.

Decidieron este año "poner algo en el camino, empezamos en mi casa, después mi vecino, y al final tenemos toda la calle iluminada", dice Ángeles Vázquez, una de las promotoras de la iniciativa que, añade, aún no han terminado: "Seguimos poniendo luces".

Es difícil distinguir los elementos elaborados a mano con los comprados. "Buscamos cómo hacer un árbol de Navidad casero, unas estrellas, y así fuimos llenando el espacio" de este pequeño pueblo a orillas del río Miño.

Aunque el objetivo es "animar el pueblo" más que atraer a curiosos, lo cierto es que residentes de puntos cercanos del municipio ya se han paseado por la calle que atraviesa Sobrado. "Detectas que se contagia, la gente se anima y se ven más casas decoradas. Lo ideal sería que en todos los pueblos de esta parroquia, San Miguel de Melias, se iluminase de alguna forma", anhela Ángeles.