Que el brilé no tenga edad

El acto arrancó en la Praza Maior, donde se leyó un manifiesto para que “la edad no sea una barrera”.
photo_camera El acto arrancó en la Praza Maior, donde se leyó un manifiesto para que “la edad no sea una barrera”.
Un centenar de jubilados y universitarios celebran las XIX Xornadas Interxeracionais compartiendo juegos tradicionales y actuales en el Campus de Ourense y piden mayor implicación del Concello en una actividad con casi 20 años de historia.

Margarita tiene 74 años y ayer jugó al brilé, los bolos y el pañuelo con universitarios. Tania ya ha cumplido 22 e hizo mímica y carreras de globos con jubilados. Aunque el cielo sobre la Praza Maior de Ourense amenazaba lluvia, las XIX Xornadas Interxeracionais reunieron ayer a un centenar de personas de diferentes generaciones para compartir juegos, risas y tiempo. Los mayores, alumnos de las Aulas de Terceira Idade (Ategal), eran minoría, pero les sobraban ganas, y los jóvenes, alumnos de primer curso del Grado de Educación Social de la Facultade de Educación e Traballo Social del Campus de Ourense, llegaron con su vocación y una pancarta llena de colores. 

Tras dos años de pandemia, tampoco le faltaba ilusión por recuperar la esencia de esta actividad a Marisa Justo, coordinadora y profesora de Ategal, que explicó que “por la mañana, los jóvenes enseñan juegos a los mayores y, por la tarde, se cambian los papeles. Hay mucha gente que no tiene nietos y estar con jóvenes les gusta mucho. Interactúan, se sienten bien y conectan”. 

Megáfono en mano, los estudiantes leyeron un manifiesto en el que reivindicaron la importancia de abrazarse y estar juntos, de que la edad no sea una barrera y de crear recuerdos “mágicos” para siempre. Su profesor, Millán Brea, apostó por recuperar la ciudad para las personas y lamentó que “en Ourense hacemos actividades increíbles y cosas maravillosas, pero no se tienen en cuenta.  Hablamos de una actividad de veinte años, de que pasaron más de diez promociones de estudiantes y de gente mayor que estuvo y ya no está”.

El cielo gris sobre  las escaleras de la Iglesia de Santa María Nai invitó a los asistentes a caminar hacia el pabellón deportivo del Campus de Ourense para comenzar allí los juegos. “Me encanta venir; es una maravilla. Me gusta relacionarme con gente joven”, confesaba Margarita Canal, una septuagenaria que lleva 19 años participando en estas jornadas.  Mientras se iban formando los equipos sobre  el parqué, llegó un grupo de chicos  de la Asociación de Personas con Discapacidad (ADO),  preparados para jugar con grandes y pequeños.

El estudiantado organizó juegos ambientados en diferentes países, como mímica de Italia, carreras de globos de España o brilé de Francia, según explicó Tania Pérez, una de las alumnas que participaron en estas jornadas que, como reclamaron en su manifiesto, ”pueden pasar de ser algo esporádico a habitual, pero mientras tanto se seguirán celebrando. Disfrutad de los juegos, las risas y, sobre todo, de las personas”.

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