Crónica

"¿Qué es eso de que somos la tercera edad? ¡Es un número!"

Marisa Justo, directora de Ategal, explica a una alumna la actividad del taller de memoria (MARTIÑO PINAL).
photo_camera Marisa Justo, directora de Ategal, explica a una alumna la actividad del taller de memoria (MARTIÑO PINAL).
Cuatro alumnas de uno de los talleres de memoria de las Aulas Senior de Galicia en Ourense explican la vuelta a la "nueva normalidad" tras un año difícil. Alguna no pisó la calle desde el inicio de la pandemia.

En la sede de las Aulas Senior de Galicia (Ategal) todavía cuelgan en las paredes las obras que los alumnos de pintura realizaron antes del covid; o el itinerario de ese viaje a Normandía que no pudo realizarse. La actividad presencial ha vuelto, hace pocas semanas, a este pequeño apartamento en la rúa Progreso en el que se han echado mucho de menos. "Hai moitos que non saían da casa dende hai un ano. A xente maior foi a gran perxudicada desta pandemia", sentencia Marisa Justo, directora de Ategal en Ourense, que recibe, de momento, a los alumnos de cinco en cinco y con ventilación constante en el aula. 

Al taller de memoria de esta semana acuden las "chicas" entre bromas de que la edad es solo un número y de lo mucho que necesitaban esta "nueva normalidad".

Fernanda González es uno de los múltiples perfiles que acuden a estas actividades, que no solo permiten ejercitar la memoria o descubrir una afición tardía, sino hacer amigos nuevos y tratar con otras "edades" en los proyectos intergeneracionales por los que apuesta Ategal. "Me apunté hace 15 años, animada por mi hija, y me pareció estupendo. Acababa de morir mi marido", explica. Una vía de escape a la "soledad" con la que se topan muchos de los usuarios longevos es lo que encuentran en este tipo de iniciativas. "Este año sin actividad fue muy duro. Ahora estoy encantada, me ayuda a todo, me entretiene, ejercito la memoria, trabajo en casa las preguntas que hacemos aquí...", explica González.

“Este año fue tremendo"

Xotchitl Ortiz no ha perdido su acento mejicano, aunque lleva muchos años residiendo en Ourense. "Para nosotros, volver a la actividad de las aulas de mayores es un alimento. Teníamos muchísimas ganas de regresar, nos hacía falta. Este año fue tremendo, el simple hecho de no salir de casa ya te paraliza. Ahora mismo, estoy encantada de que se vaya abriendo todo poco a poco", dice sobre la evolución de las restricciones por la pandemia. 

"Estaba contando os días para poder vir a Ategal!", exclama María del Carmen Canal, que lleva un lustro apuntada a estas actividades. No llegó por soledad, "ese problema non o teño", pero si "por admiración á profesora, aos compañeiros, e encima coñeces xente." María del Carmen es asidua a memoria, historia, arte... "A clase de memoria entusiásmame", añade,

Alicia Vázquez es una de las más jóvenes del aula, con 73 años. "Y eso que ya me apunté hace muchísimo", presume. Cuenta la anécdota de que "cuando vamos por ahí nos llaman la tercera edad. ¿Qué es eso de que somos la tercera edad?". La profesora, Marisa, le responde: "Eso mismo, los años están ahí pero la edad es solo un número".

"Tan pronto se pudo recuperar la actividad presencial en Ategal, vine. Este año lo pasé fatal. Aunque estés con ejercicios por internet constantemente, no es lo mismo. Para mí el contacto con la gente es muy importante. Yo quiero hablar con una y con la otra. Nos reímos y lo pasamos muy bien", dice Vázquez.

La “validez" de los seniors

La directora de Ategal en Ourense explica que aún hay ese "miedo" a volver y reivindica la "validez" de los mayores. "Houbo xente que se reencontrou aquí. Aínda que as clases presenciais xa as rematemos en xuño e fora unha volta exprés, sírvelles de moito. Tiñan moito medo de que pechasen as aulas, de non volver. Foi un ano duro. E un ano ao final das nosas vidas é moito máis tempo que para unha persoa nova".

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