Volver a Ourense siempre es un placer. Javier Alonso, ingeniero industrial, antiguo empleado de Renfe, el que puso en marcha las locomotoras diesel, regresó con su familia para recordar su vida en la ciudad.

El reencuentro con el pasado

Irasema y Javier Alonso visitaron en su viaje a Ourense la colección de trenes de Pacheco- Outeiriño (Foto: Miguel Ángel)
Irasema Alonso nació en Ourense en el año 1959. Por aquel entonces, sus padres llevaban dos años viviendo en la ciudad, a donde llegaron procedentes de su Burgos natal. El progenitor, de nombre Javier Alonso y de profesión ingeniero industrial, trabajaba para Renfe y su misión aquí consistía en implantar las locomotoras con motor diesel en el servicio ferroviario ourensano.
'Llegué cuando ya había locomotoras diesel, para sustituir a las de vapor', recuerda Javier Alonso. En aquellos tiempos, el depósito estaba en Monforte de Lemos y, junto a él, los talleres, de manera que 'todas las operaciones de mantenimiento se hacían allí'. El ingeniero de Burgos debía desplazarse hasta la localidad lucense a diario, lo que implicaba unos madrugones considerables. Lo incómodo de la situación, le llevó a 'intentar acelerar el proceso para poner en marcha el depósito de Ourense'. En el momento en el que entró en servicio, Javier Alonso y su familia se establecieron en la ciudad. Venían con un niño pequeño y en la calle Curros Enríquez nacieron los otros tres.

Cuando Irasema Alonso, la segunda en llegar al matrimonio, contaba solo con cinco años, es decir, en 1964, las obligaciones profesionales fijaron el destino de su familia en Madrid, donde todavía residen sus padres. Su vida en Ourense fue relativamente corta pero sigue siendo el lugar donde nació y por eso afirma con orgullo: 'Yo soy ourensana'. Hoy en día mantiene su residencia en otra ciudad, exponencialmente más grande que la de As Burgas. En la conocida Universidad de Yale imparte clases de Economía, especialidad en la que está doctorada, y en la cinematográfica Nueva York hace vida diaria. Con ella lleva España y asegura 'sentir emoción' cada vez que conoce a un gallego en la Gran Manzana.

Su visita a Ourense está ligada a los recuerdos de su infancia, pero esta vuelta a sus orígenes ha sido, en cierto modo, obligada y no por ello menos satisfactoria. 'Quería hacer un viaje a la India y para poder conseguir el visado necesitaba un certificado de nacimiento', relata Irasema Alonso. Le pidió, entonces, a su padre que tramitara el papeleo y lo hizo a través de una gestoría. Casualmente, la persona que la ayudó conocía a los amigos que sus padres todavía conservan de su estancia en la ciudad: Leso, Juan, Ofelita y Nacha. El agradecimiento y el recuerdo le hicieron prometer que vendría junto a sus padres. No solo no se arrepiente, sino que ha prometido volver con mayor frecuencia. Todo son buenas palabras hacia la ciudad que la vio nacer. 'Creo no ser sesgada -asegura- si digo que Ourense es la ciudad española más bonita', aunque su padre, que reconoce su 'encanto especial', le replica que le gusta mucho 'porque nació aquí'. Como buenos visitantes, que no turistas, han aprovechado la gastronomía autóctona, aunque en este caso elaborada por las manos de la que también es su madrina, Ofelita. 'Nos hizo una comida de las que no se olvidan'.

Irasema y Javier Alonso volvieron para sus hogares el pasado miércoles. 'Lo hemos pasado fenomenal' gracias a los lugares que han visitado y la gente a la que han reconocido. Ahora, tras la experiencia vivida, Irasema Alonso solo se pregunta: '¿Cómo no se me ocurrió antes volver a mi ciudad?'.

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