CRÓNICA

La reflexión en frío del derrotado

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photo_camera Miguel Caride, Carlos Vázquez y Xosé Mosquera.

Los candidatos por la provincia de Ourense de DO, C's y CxG en las pasadas eleccicones gallegas invirtieron dinero, tiempo e ilusión durante la campaña sin el premio del escaño; los tres repetirían la experiencia.

Miguel Caride, candidato de Democracia Ourensana en las pasadas elecciones gallegas entregó "10.000 euros" al partido para la campaña, "lo máximo que permite la ley". Carlos Vázquez, cabeza de lista de Ciudadanos por la provincia, pagó de su bolsillo desplazamientos y comidas, aunque asume con gusto el gasto por "la ilusión del proyecto". Xosé Mosquera, líder de Compromiso por Galicia, tampoco quiere dar la cifra "para non asustar aos que teño cerca. Nin me preguntes as cantidades". 

Los tres derrocharon ilusión y tiempo pero se quedaron sin escaño en el Parlamento gallego, aunque quizá la mayor decepción cayó en la candidatura de Caride, abogado, músico y productor de la ópera rock 'The Rebel': "Entraba en los cálculos el resultado. Sabíamos que el electorado que vota en las municipales no es el mismo que en las autonómicas, que el perfil del votante responde a un candidato de unas características de las que yo estaba en las antípodas y por lo tanto no hay una decepción grande". También Vázquez, neurólogo e inspector del Instituto Nacional de la Seguridad Social, confiaba en obtener más sufragios, "aunque decepción no es la palabra porque te pones al servicio de la ciudadanía, aprendes y continúa la misma ilusión por el proyecto político". Mosquera, jefe del servicio de Intervención de la Diputación ourensana, reconoce que "mentiría" si dijese ahora que no se sintió "algo decepcionado porque pensaba que habería algo máis de racionalidade, pero pronto percibín que era un proceso máis emocional que deliberativo e outros partidos teñen unha base de populismo e unha posición dominante como se ve por todos lados". 

Democracia Ourensana consiguió 7.679 votos (4,41%); Ciudadanos, 4.797 (2,76%) y CxG, 518 (0,3%), siendo esta fuerza incluso superada por el PACMA sin tener una candidatura visible en la provincia. Han pasado casi tres meses de la noche del sopapo electoral y los tres candidatos han hecho la reflexión en frío. "Hubo una autocrítica interna dentro de Democracia Ourensana para saber si además de tratarse de elecciones distintas pudo haber influido en el resultado la gestión que se está haciendo en el Ayuntamiento. En un primer momento yo casi me incliné por el  sí, pero reflexionando con tranquilidad y cierta distancia creo que no ha influido nada", afirma Caride. En caliente la relación con Gonzalo Pérez Jácome, líder de DO, pareció deteriorarse: "Hubo un momento de un cambio de impresiones con un tono a lo mejor más intenso que en otras discusiones que tenemos, pero no paso nada. Es lógica que haya una cierta tensión cuando has invertido tiempo y dinero en la campaña y no se  consiguen los resultados. Quieres analizar las cosas y las posturas se tensan un poco, pero la amistad está ahí y sigo como asesor".

De los tres, Caride fue el candidato más condicionado durante la campaña por la figura del fundador del partido. Vázquez era consciente de que su gran baza era el tirón de Albert Rivera. Mosquera tuvo la libertad de las fuerzas pequeñas para diseñar el mensaje. "Es difícil apartar el personalismo de Jácome en DO", confiesa Caride. "Nós aplicamos un criterio de sensatez e racionalidade para transmitir  un proxecto nacional que defenda os intereses de Galicia pero a sensatez non da votos", opina Mosquera. "En Ciudadanos tenemos que mejorar la transmisión del mensaje y de las propuestas porque el proyecto es ilusionante", añade Vázquez. 

DISCREPANCIAS

 "A mí me hubiera gustado hacer una campaña electoral más a mi manera –reflexiona Miguel Caride– con las medianas discrepancias que Jácome y yo pudiésemos haber tenido, porque siempre las tenemos, pero con la amistad y la idea común de defender a Ourense por encima de todo. Hubo cosas que no me gustaron. Preferiría haber asumido yo las consecuencias tanto en caso de fracaso como de éxito, pero él irrumpió en la campaña. Es su partido y lleva desde el año 2000 invirtiendo sus recursos y los de su familia con el objetivo claro de llevarlo arriba. Es imposible no asumir esa realidad, yo tenía claro que eso iba a ocurrir, ocurrió y no me puede sorprender".

Para apuntalar sus argumentos, el candidato de DO en las gallegas recuerda que uno de los momentos que más tensión vivió fue antes de las municipales de 2015 cuando dimitió la concejala Susana Gómez. "Intermedié en el conflicto, demandaba una mayor moderación en los gestos y en el lenguaje a Jácome y él, haciendo caso omiso, fue mucho más agresivo, con una verborrea brutal en dos plenos y de repente pasa de dos a ocho concejales". La reacción de la sociedad a veces es difícil de descifrar. Caride prefiere un tono más conciliador y afable en la política. "Le he pedido muchas veces que se modere pero, sinceramente, nunca me ha hecho puñetero caso en este terreno", comenta entre risas para después señalar que es el momento de una "moción de censura en el Concello de Ourense una vez que los tres grupos tienen diagnosticada la parálisis para se demuestre la capacidad de gestión de DO".

Los distintos enfoques estratégicos no serían obstáculo para que  encabezase otra vez la lista en las próximas elecciones gallegas, aunque exigiría "mayor independencia para diseñar la campaña y para conformar una lista con reconocidos profesionales". Carlos Vázquez también estaría dispuesto a repetir la experiencia: "Estaría muy ilusionado si me lo pide el partido". Y el futuro de Xosé Mosquera dependerá "do grao de ilusión que conserve porque os anos van pasando". 

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