Reportaje

Residencias teñidas de rosa

Fundación San Rosendo, contra el cáncer de mama.
photo_camera Fundación San Rosendo, contra el cáncer de mama.
Los centros de atención a la tercera edad viven una actividad frenética. Se protege al principal grupo de riesgo de esta pandemia y además realizan cada  día actividades que enriquecen a sus usuarios y aportan un granito de arena a toda la sociedad.

Con el lema "Añadir vida a los años", desde las residencias de la Fundación San Rosendo fomentan semana tras semana hábitos saludables y llevan a cabo iniciativas como los cursos de iniciación a nuevas tecnologías o el Banco de Lembranzas, donde los usuarios cuentan y graban en vídeo sus experiencias vitales. 

Esta labor social alcanza uno de sus momentos cumbre cada otoño, cuando comunican a toda la sociedad la importancia de la investigación y el diagnóstico precoz del cáncer de mama. Así, cada 19 de octubre sus centros se tiñen de rosa para conmemorar el Día mundial contra el cáncer de mama, siendo el tipo de tumor más frecuente en mujeres.

En España, se diagnostican alrededor de  33.300 cánceres de mama nuevos al año. A través de diferentes iniciativas, usuarios y profesionales de la Fundación buscan "trasmitir un mensaje de ánimo y fuerza para todas las mujeres que han luchado, luchan y seguirán luchando contra esta enfermedad".

Este año, numerosas residencias se sumaron al homenaje, aunque adaptándose a la situación provocada por el covid y sus restricciones. Pese a todo, los residentes no quisieron perder su oportunidad de acompañar a las personas mayores que han sufrido esta enfermedad.

Como es tradición, tanto usuarios como trabajadores elaboraron y lucieron los lazos conmemorativos, así como otras prendas de color rosa que simbolizan su apoyo en la lucha contra esta enfermedad. Además, prepararon carteles con mensajes alentadores que decoraron las paredes. 

En otros centros, como el de Nuestra Señora de la Esperanza, el personal quiso aportar un granito de arena colaborando con la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) de Ourense, a través de sus donativos y la adquisición de pulseras conmemorativas. 

El Día Mundial contra el Cáncer de mama se conmemora con especial sensibilidad todos los años en la residencia Santa María de Melón, ya que algunas usuarias de este centro han padecido la enfermedad en algún momento de sus vidas, convirtiéndose en un ejemplo para todos. 

Así, Rogelia Míllara recuerda cómo "cualquier persona en esa situación debe levantar la cabeza y tratar de enfrentarse a lo que venga sin perder la esperanza. Se pasa por etapas peores y mejores, habrá momentos duros, pero mantener el ánimo es muy importante. No podemos dejar que el mundo caiga sobre nosotros".Rogelia

Este año, durante los días previos a la propia efeméride, los residentes elaboraron con mucho cariño unos lazos rosas para regalar al personal y las familias de los usuarios, siguiendo la tradición de años anteriores, en los que fabricaron sus propios broches y llaveros.

Este año, además de las actividades habituales, los profesionales del centro animaron a las mujeres supervivientes de cáncer de mama a compartir su testimonio con el resto de residentes. A través de sus experiencias de vida, las usuarias animaron a otros residentes que pueden estar atravesando situaciones difíciles en la actualidad para que sigan adelante. 

Rogelia Míllara, un ejemplo de fuerza y superación

En la residencia Santa María de Melón vive Rogelia Míllara, carballiñesa de 89 años que superó un cáncer de mama hace cuatro décadas. La usuaria, ejemplo de fuerza y buen humor, trabajó como pantalonera y taquillera de cine en su villa natal. Quedó viuda a los 47 años, pero la rodean familiares que la apoyan y cuidan. 

Rogelia sintió mucha incertidumbre al recibir el diagnóstico. En toda la vuelta a casa con su hija no pudo mediar palabra. Sus hijos, nueras, yernos y tías la acompañaron durante las primeras sesiones de radioterapia. Allí conoció a otros pacientes que compartían sus preocupaciones y esperanzas. Al recordar la experiencia, Rogelia no duda en admitir que el miedo forma parte del proceso durante la lucha contra una enfermedad, pero considera que la clave para sobrellevar ciertos momentos en la vida es "enfrentarse a los desafíos siempre con fuerza y sin perder el ánimo". 

En su caso, una afición en particular fue clave para mantener la ilusión por la vida: el canto. Rogelia participó en la coral del casino durante años. "Me encantaba cantar, me animaba muchísimo", afirma. Su experiencia le ayudó a comprender la importancia de disfrutar del día a día con una sonrisa.

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