El paro, que fue mucho mayor en la ciudad, afectó al 51,4 por ciento de los magistrados y solamente al 12,5% de los fiscales

Seguimiento desigual de la huelga de jueces y fiscales en la provincia

La concentración desarrollada a media mañana delante del Pazo de Xustiza, a la que no asistió ningún juez y sólo una fiscal. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Pese a que es un colectivo dado a airear su reivindicaciones con sordina, los jueces hicieron saber ayer a la opinión pública su descontento con las medidas adoptadas por el ministro Gallardón. Y alzaron su voz poniéndose en huelga, lo que tuvo repercusión directa en la ciudadanía: en los juicios o interrogatorios señalados para el día de ayer y que no se celebraron. Sólo el parón de los dos juzgados de lo Penal de Ourense obligó a dar la vuelta a 48 personas, entre acusados, letrados y testigos.
Los juzgados de la provincia no secundaron de igual manera, situándose el seguimiento medio en un 51,4% de los jueces, sumando a los magistrados de la Audiencia, en los que apenas tuvo incidencia (una única togada de seis). Tampoco la repercusión fue igual entre partidos judiciales. Mientras en Ourense, el 72,2% de los magistrados no trabajó ayer (13 de 18, sin tener en cuenta la Audiencia), según los datos aportados a última hora de la mañana por el juez decano de ese partido, Antonio Piña, en las villas se situó en el 36,36% ya que sólo protestaron Celanova, Trives, Ribadavia y uno de los dos juzgados de Verín.

En la ciudad, la medida adoptada obligó a suspender nueve juicios penales, 11 de faltas en Instrucción 1, además de otras vistas en la jurisdicción social, civil y contencioso-administrativa. En total, fuentes judiciales, calculan en cerca de 50 las vistas aplazadas para meses como abril o septiembre (en el caso de los dos penales).


MEDIA GALLEGAS MÁS BAJA

La media gallega de seguimiento aún fue más baja en tanto que, según lo datos divulgados por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, se situó en el 35,7% -109 de los 305 togados que ejercen en la comunidad-. Por provincia, el mayor respaldo se produjo en Ourense y el más bajo en Pontevedra (un 29% con 32 de los 109 profesionales).

Pero como toda huelga que se precie, hubo baile de cifras. El representante de Jueces para la Democracia en Galicia, Luís Villares, tildó de 'satisfactorio' el seguimiento, con una media del 50%. 'Consideramos que se trata de un seguimiento satisfactorio porque no es muy fácil en los tiempos que vivimos', reseñó Villares, quien añadió que la movilización de este miércoles representa 'una seria llamada de atención al Ministerio de Justicia para que deponga su actitud' y escuche.

Alguno de los magistrados que secundó la huelga en Ourense destacaba que no hay un único motivo que la justifique, atribuyéndola a un descontento generalizado con un ministro reacio a negociar. Ahora bien, con esta medida quieren expresar su malestar con el proyecto de reforma del CGPJ que resta poderes a las asociaciones judiciales y modifica su composición y forma de elección. Por otro, protestan por la práctica eliminación de los jueces interinos. Además, se quejan de las tasas judiciales, que consideran desproporcionadas. Y piden también, entre otras cuestiones, una regulación de la figura del indulto que controle esta figura y no permita que el Ejecutivo se convierta en una última instancia que modifique decisiones judiciales sin necesidad de motivar ni argumentar.

Los que sí trabajaron como un día normal comparten el malestar, pero no las soluciones a las que se recurrió para evidenciarlo. 'Personalmente, no creo que una huelga sea la medida idónea para mostrar nuestras reivindicaciones; considero que hay otras formas de mostrar el descontento a la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial al margen del la huelga', aseguraba ayer el presidente de la Audiencia, Fernando Alañón, órgano jurisdiccional en el que el seguimiento sólo fue del 16,6%. A juicio de Alañón, el sometimiento de su trabajo de forma estricta al horario laboral sería más efectiva, porque 'todos los jueces estamos trabajando por las tardes en nuestras casas para poner sentencias y evitar que se colapse la Administración de Justicia'.

Aunque los fiscales también estaban llamados al paro por parte de la Unión Progresista de Fiscales y Asociación Profesional Independiente, en Ourense no tuvo demasiada repercusión (dos de 16).

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